El 2021 fue un año donde la producción mundial de carne vacuna resultó en un cierto estancamiento o al menos no acompañó la expansión registrada en el comercio mundial. A pesar del crecimiento de Estados Unidos, India, e incluso China, la disminución de la producción en Brasil y Australia debido a la reconstrucción del stock y posteriormente el impacto sufrido por Argentina a causa de las restricciones impuestas a mediados de mayo, terminó de configurar un escenario de oferta limitada. En este contexto, y ante una demanda creciente dada la recuperación del sector de foodservice a medida que comenzaron a relajarse las restricciones de la mano de la vacunación, y a su vez, impulsada por la asistencia económica otorgada por los gobiernos para sostener el consumo de los hogares, los valores de la carne a nivel internacional marcaron niveles récord.
De acuerdo al Índice de Precios elaborado por la FAO para la carne vacuna, en lo que va del año (eneronoviembre) los precios de la carne vacuna medidos a través de este Índice se sitúan en un promedio de 117 puntos, un 23% superior al promedio de los últimos 10 años (95 puntos). Este año, a pesar de la moderación registrada en los últimos dos meses, los precios internacionales resultan un 26% más altos que un año atrás, al pasar de un índice ponderado de 99 puntos en noviembre de 2020 a los actuales 125 puntos. Sucede que la oferta disponible hasta entonces seguía siendo escasa en relación a la demanda.
Sin embargo, algunas de las restricciones que afectaron en forma negativa la oferta de los principales exportadores han comenzado a destrabarse en los últimos días sumado también a algunos cambios a nivel demanda que restarían cierta presión de compra, al menos en el corto plazo
Desde el lado de la oferta, una de las noticias más relevantes de los últimos días ha sido la comunicación por parte de China de la reapertura de las importaciones de carne vacuna proveniente de Brasil. Esto implica la habilitación no solo de lo que se produzca a partir de ahora, sino también la que se produjo entre el 4 de septiembre y el 15 de diciembre, período en el que esta actividad comercial estuvo suspendida. Recordemos que, a causa de la suspensión de los envíos, las ventas de Brasil a este destino cayeron en lo que va del año un 13% que, visto desde el lado comprador, significó una pérdida de casi 140.000 toneladas que rápidamente debió abastecer desde otros orígenes, como Uruguay y Estados Unidos, los dos principales ganadores de esta disputa. A partir de ahora, la reaparición de Brasil como principal proveedor del mercado chino plantea una muy fuerte competencia no solo en volumen sino también en precio. En este sentido, la depreciación del real, que ha estado cotizando en mínimos históricos en los últimos meses, hará de Brasil un jugador mucho más competitivo. En efecto, se espera que esta mayor competitividad tenga un impacto mucho más amplio, afectando a su vez otros mercados de comodities donde Brasil juega fuerte contribuyendo incluso a aliviar presiones inflacionarias a nivel global.
En este contexto, Argentina comenzará a flexibilizar las restricciones a la exportación luego de casi nueve meses. Solo quedaría vigente la prohibición a exportar siete cortes provenientes de los animales de mejor calidad (categorías A, B y C) al tiempo que se liberaría totalmente la exportación de carne de vacas y toros manufactura, destinados mayormente a China. El año pasado, sin cepo, las exportaciones totales rondaron las 900.000 toneladas mientras que este año, se estima que las ventas al exterior -sin considerar huesos- podrían alcanzar unas 700.000 toneladas. ¿Cuánto de este retroceso podrá recuperarse el próximo año, tras la flexibilización anunciada?
Por poco que se recupere, sin dudas implicará mayor volumen volcado a un mercado internacional más competitivo. Mas allá de Brasil, Australia es otro jugador importante que en el próximo año estaría recuperando nivel de faena y por ende oferta exportable. Se espera para 2022 una recuperación de más de 100 mil toneladas respecto de las 900 mil con las que finalizaría el 2021. Si bien la guerra comercial con China continúa teniendo un efecto y muchas plantas de faena en Australia siguen estando excluidas para poder exportar a ese destino, la recuperación de Australia no es un dato menor para el mercado internacional. A esto se suman las señales de reactivación en la cadena de suministro de EE.UU. que durante la primera mitad del 2021 también ha mantenido limitado a este importante jugador. Por el lado de la demanda, tanto China como Europa están dando señales más cautas respecto de lo que venía operando
En China, la habilitación de las cargas de Brasil permitirá -después de Año Nuevo- una corrección de precios en carne vacuna que podría rondar entre un 5% y un 7%, según estimaciones de la industria. Tengamos en cuenta que la inflación del mes de noviembre en China alcanzó el 2,3% interanual, la tasa más alta de los últimos 15 meses y vinculada esencialmente al precio de los alimentos, algo que podría llevar al gobierno a tomar medidas de contención de precios, como ya se ha visto en ocasiones anteriores. Claramente, a partir de esta habilitación, China podrá mostrarse más conservador en materia de precios, aunque sin desatender a una demanda interna que muestra señales muy sostenidas hacia el mediano y largo plazo. Recordemos que para 2022 se proyecta un crecimiento en materia de importaciones de carne vacuna de unas 250.000 toneladas anuales, ya no solo como una alternativa de consumo ante el faltante de carne de cerdo sino impulsado por fundamentos propios.
Según proyecciones de FAO, el consumo per cápita de carne vacuna en China pasaría de los 7 actuales a 10kg en 2030, generando una necesidad de importación creciente dada las limitantes estructurales que presenta su producción local. Por su parte, Europa esta siendo nuevamente afectada por una ola de covid-19 que, en algunos lugares, ha obligado a restablecer estrictas medias de distanciamiento, en detrimento del consumo social.
En las últimas semanas se han registrado bajas considerables en los valores de los cortes Hilton. Hoy el valor medio para una tonelada de RAL Hilton ronda los USD 10.000, quedando ya muy lejos de los casi USD 15.000 por tonelada que se llegó a pagar a mediados de octubre. A diferencia de China, el mercado europeo no presenta las mismas tendencias de crecimiento en el consumo de carne. Un reciente informe publicado por la Comisión Europa, señala que el consumo de carne vacuna en los países del bloque continuaría con su tendencia a la baja pasando de 10,4 kg per cápita a 9,7 kg, hacia 2031. No obstante, en el corto plazo, el impacto que esta sintiendo el mercado responde más a una cuestión sanitaria que, en principio -dado el avance de la vacunación- no debería afectar con la misma gravedad que se dio durante las primeras olas.
De no ser por esta amenaza -que entendemos debería ser de carácter transitorio- Europa seguirá siendo un mercado muy interesante, especialmente para todo lo que es cortes enfriados de alto valor comercial. Teniendo en cuenta el nuevo escenario, el 2022 debería ser un año relativamente estabilizado, en el que el balance mundial tiende a encontrar un nuevo equilibrio, sin grandes subas en materia de precios como se vieron este año, pero con un mercado que continúa firme y muy demandado.
Fuente: Rosgan