Las huellas ambientales no sólo transparentan la información sobre el impacto generado en los sistemas productivos, sino que también detectan oportunidades de mejora. Por esto, un equipo de investigación del INTA y del INTI, desde Córdoba, junto con el frigorífico Logros SA, de Río Segundo, se enfocaron en el análisis del ciclo de vida y de la huella de carbono de la industria cárnica. Este trabajo recibió el premio a la Excelencia Agropecuaria La Nación-Banco Galicia en la categoría “Mejor trabajo de Investigación”.
El frigorífico, fundado en 2002, desarrolló un proyecto para calcular la huella de carbono y el análisis del ciclo de vida de la carne bovina envasada al vacío, desde la producción de las materias primas, hasta la distribución final, pasando por todas las etapas de transformación de la industria, incluyendo el empaque, la logística y el transporte hasta el mayorista en tres destinos internacionales: Alemania, Estados Unidos y Chile
El trabajo, llevado a cabo por los ingenieros Rodolfo Bongiovanni del INTA y Leticia Tuninetti del INTI, consistió en evaluar no solo la huella de carbono, sino un total de ocho indicadores que son los que se toman en cuenta para conseguir una Declaración Ambiental de Producto (EPD, por sus siglas en inglés). Es una certificación compatible con normas ISO de ecoetiquetado y que tiene pocos antecedentes en la industria cárnica internacional, entre ellos una cooperativa de Italia. El resultado del trabajo también se comparó con la carne bovina producida en Brasil y Sudáfrica.
Durante la premiación, que se hizo por streaming, José María Roca, gerente
general de Logros SA- Frigorífico, señaló: “Es un sentimiento tremendo. Me toca
ser el líder de un equipo increíble y trabajar con gente en un proyecto
público-privado. Algo muy difícil de describir porque había que tener la
responsabilidad de enfrentar los embates y debilidades que podía ocasionar. Hay
mucho por delante y siempre pienso que el futuro es fantástico”.
Por su parte, Susana Mirassou –presidenta del INTA– destacó el trabajo articulado entre ambas instituciones y resaltó la importancia de “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y producir de manera sustentable”. En este sentido, señaló que “aportar a la competitividad y a la salud ambiental está entre los objetivos de nuestro Plan Estratégico Institucional”.
A su vez, reconoció que, “el cambio climático demanda una transformación en los paradigmas de innovación, lo que representa un desafío estratégico que debemos afrontar para una competitividad sistémica”. Y no dudó en subrayar que “hay que producir más, pero de la mejor manera posible, cuidando nuestro ambiente y con inclusión social”.
Asimismo, Rubén Geneyro, presidente del INTI, señaló que “complementar capacidades público – privadas en temas estratégicos como la producción sustentable es el objetivo central para el país y, particularmente, pensado en la expansión de nuestras exportaciones”, y agregó que “desarrollarlo en un sector de larga tradición por su inserción internacional, es un aspecto adicional en la satisfacción para la institución por este logro conjunto”.
“En este proceso destacamos la importancia que tiene para el INTI brindar a los sectores productivos del país esta nueva capacidad de ser HUB regional de certificaciones ambientales, convenio con el internacional EPD System, firmado en el mes de junio de este año”, puntualizó Geneyro.
En referencia a la distinción, Mirassou dijo estar “orgullosa y agradecida” por el reconocimiento y aseguró que “es una prueba más de la calidad, compromiso y profesionalismo de los equipos de investigación de ambos organismos involucrados en el desarrollo”.