En junio de 2017, el crédito al sector privado en pesos llegó a representar un 75% de los depósitos. A partir de entonces, se desmoronó rápidamente hasta representar hoy aproximadamente el 40% de los depósitos en pesos. Los economistas señalan que esta sequía de créditos es responsabilidad de una mala política monetaria, que se focaliza en financiar a un Estado quebrado.
Fuente: Elaboración propia en base a BCRA
Iván Cachanosky, Economista Jefe en Libertad y Progreso, explicó que el
problema fue que el incremento de los depósitos en pesos tuvo como principales
destinos, por un lado, renovar deuda remunerada (LELIQ y Pases Pasivos) y, por
otro lado, comprar Títulos del Tesoro. El economista sostuvo que "esto fue
dejando cada vez menos espacio para un financiamiento del sector privado
golpeado por una cuarentena eterna. Lo peor, es que esta realidad tiene una
tendencia a agravarse ya que la necesidad del sector público de renovar deuda es
creciente".
Cachanosky dijo además, que el financiamiento del sector público continúa creciendo, mientras que el financiamiento del sector privado se encuentra en "pisos históricos" y los desequilibrios estructurales de Argentina continúan sin solucionarse. Señaló también que las medidas que le darían respiro a las Pymes continúa sin atacarse: "La presión tributaria sigue siendo récord. La litigiosidad laboral no deja de ser una preocupación constante para las empresas. Y el contexto macroeconómico en general, convive con desequilibrios fiscales y monetarios constantemente. Además, una elevada incertidumbre ante una ausencia de plan económico (por el momento) para negociar con el FMI".
Para finalizar, el economista es relativamente pesimista con respecto a un eventual acuerdo con el FMI. Si bien no lo descarta, considera que lo más probable es que sirva como una cortina de humo. Sí descartó la proyección de reformas estructurales, indicando que más bien, se establecerán ciertas "metas" que seguramente se incumplirán.
En consecuencia, la realidad de las Pymes continuará siendo complicada en los próximos meses y su acceso al financiamiento será limitado ya que la prioridad en Argentina es financiar a un sector público ineficiente. Según datos de la AFIP, durante el 2020 (último dato publicado), más de 20.000 empresas tuvieron que cerrar sus puertas, lo que implicó un retroceso del 4,2% volviendo a los niveles del 2008.
Fuente: Fundación Libertad y Progreso