Durante su exposición, el ingeniero hizo el foco en varios aspectos. Habló de la distribución de las semillas, la compactación del suelo, la regulación de los órganos activos y la velocidad de avance de las máquinas, entre otros valiosos puntos.
“Lamentablemente, la siembra de soja se ha considerado durante muchos años como un grano grueso que se siembra como un grano fino. Y justamente ahí es donde aparecen algunos de los grandes errores, porque se está viendo con los nuevos ensayos cómo empieza a afectarle a la cosecha de soja la distribución de las semillas. De manera similar a lo que sucede con el maíz", aseguró al comienzo de la capacitación.
En este sentido, señaló que “la distribución y la profundidad de siembra son elementos claves a tener a cuenta para sacarle el mayor potencial al cultivo. Por eso, es necesario regular bien la sembradora, haciendo bien la cosecha del cultivo anterior".
Respecto de este último punto, Ferrari especificó: “Cuando hablamos de la cosecha del cultivo anterior, uno de los puntos claves es evitar la compactación del suelo, ya que con el tránsito de la maquinaria agrícola se deja un nivel de huellas que supera el 60% de la superficie del lote. Eso va generando una compactación severa que alcanza a un 15% y perjudica nuestro trabajo, ya que las raíces de la planta de soja que quiere desarrollarse no pueden acceder al agua y a los nutrientes. Esto tiene un impacto muy grande, ya que, para la soja, donde no hay compactación severa, el rendimiento promedio es de 2600 kilos. Sin embargo, donde se encuentra esa huella con la compartición severa, el rendimiento cae a 1800 kilos, teniendo una diferencia de 31% de rendimiento”.
Luego, el ingeniero fue más allá y precisó: "Si esto lo tomamos a nivel total del lote, me indica que tenemos 17% de la superficie con compactación severa, lo que implica una caída de rendimiento de 211 kilos. Todo esto, simplemente por no haber controlado el tránsito que genera ese tipo de huellas. Concretamente es un 7% menos del rendimiento potencial de la soja que estamos dejando de ganar".
A la hora de buscar posibles soluciones al tema de la compactación, destacó que la tecnología ayuda a evitar la compactación del suelo. “Ello se consigue con los neumáticos radiales que, por su contextura, nos permiten trabajar con mucho menos libras. Según estudios realizados en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, su implementación prácticamente evita la compactación del suelo en condiciones normales de humedad", detalló.
Cuchilla de corte
Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el tren de siembra. Por eso, el técnico del INTA Concepción del Uruguay habló sobre la regulación de la cuchilla cortadora de rastrojo y labrasurco. En este marco, subrayó la necesidad de buscar que la cuchilla turbo de con ondas tangenciales corte el rastrojo y remueva el suelo a la profundidad de siembra.
"Es recomendable que la cuchilla no trabaje a una mayor profundidad de donde se coloca la semilla, ya que el objetivo es no interrumpir el ascenso de la humedad del perfil que se produce por capilaridad. Si se corta eso, se reducirá la humedad y, por tanto, se atrasará la germinación, lo que ocasionará una desuniformidad temporal en la emergencia de las plántulas. Esto tendrá un efecto adverso aun mayor a la mala distribución en el surco", afirmó.
Por ello no es recomendable -según Ferrari- llevar las cuchillas en profundidad "hasta las mazas”, con el fin de romper posibles condiciones de compactación en el suelo. Si se piensa en descompactar en profundidad, ello se debe hacer mucho antes de la siembra con las herramientas específicas para tal fin.
Dándole continuidad al tema de las cuchillas, el ingeniero advirtió que es conveniente que la hoja no presente excesivo desgaste, lo cual se traduce en una reducción de su diámetro, que suele ser originalmente de 16/18 pulgadas. “Si la misma presenta menos de 13 pulgadas no podrá cortar bien el rastrojo y generara mayor patinamiento negativo por aumentar el esfuerzo de rodadura.”, explicó.
Discos abresurcos
Otro punto de interés de la charla fue la regulación de los discos abresurcos. En este marco, Ferrari advirtió que "será de suma importancia que los discos abresurcos presenten un perfecto estado de mantenimiento, constatando que ambos discos se encuentren en íntimo contacto en la zona del ángulo de corte del suelo (punto de encuentro de los discos). Si no fuese así, y hubiese una luz entre discos mayor a 2 mm, en vez de formar un surco con forma de “V” lo hará en forma de “W” impidiendo que la semilla se posicione adecuadamente en el fondo del surco y reduciendo drásticamente la capacidad de captar el agua del suelo ".
Ruedas limitadoras de profundidad
En otro tramo de su exposición, Ferrari remarcó la importancia de controlar muy bien la carga de los cuerpos de siembra, mediante sus resortes, pulmones o pistones. “La idea es que las ruedas limitadoras vayan bien afirmadas al suelo impidiendo que la profundidad se varíe involuntariamente y deje a las semillas en condiciones no adecuadas”, describió y agregó: “Por lo tanto, la carga del cuerpo de siembra deberá ser la máxima posible, tomando cómo límite que las limitadoras dejen huellas. Si las ruedas dejan huellas sobre el suelo, esto implica una compactación del mismo hacia los laterales del surco, lo que impedirá el normal desarrollo de las raíces de las plántulas en crecimiento".
Además, resaltó la importancia de establecer la configuración y regulación de las ruedas tapadoras de surco. “Para obtener una configuración ideal de este elemento, sobre todo en años niñas o en maíces tardíos, será necesario que las ruedas tengan adosados discos dentados o escotados que labren el suelo (para que corten la capilaridad por encima de la profundidad de siembra, dando más agua disponible para las semillas) y aporten tierra al surco para lograr un tapado eficiente y así evitar que las semillas se deshidraten”, enfatizó. Entonces señaló que “se deberá procurar que los discos estén adosados del lado externo de las ruedas para evitar que los mismos traccionen y descalcen a las semillas, lo que arruinaría el tan buscado contacto íntimo entre semilla y suelo".
A esto además hay que sumarle la humedad del suelo. “Cuando un suelo está seco se requiere de más cantidad de piezas activas para generar una buena condición de siembra”, aseguró Ferrari. “En cambio, conforme aumente la humedad de suelo, la sembradora debe tener menor cantidad de piezas para lograr la misma calidad de siembra”, agregó. Por eso, es clave apreciar que “las sembradoras argentinas son totalmente funcionales para trabajar en las condiciones de años niños o niñas. Sólo hay que configurarlas de la manera adecuada y conservarlas en óptimas condiciones de mantenimiento”, concluyó.
Fuente: Expoagro Digital