El pulgón amarillo del sorgo (Melanaphis sacchari) es considerado una de las plagas más dañinas para el cultivo, debido a que se alimenta de la savia, reduce la absorción de nutrientes que podrían ser utilizados por la planta para crecer, desarrollarse y formar granos.
En los muestreos realizados en los meses de junio, julio, agosto y primera quincena de septiembre se observaron colonias de pulgón amarillo en lotes de sorgo, las cuales sobrevivieron a las más de 20 heladas registradas.
Violeta Casuso, especialista en entomología del INTA, expresó que las principales localidades afectadas son la Las Breñas, Colonia Elisa, Hermoso Campo, Charata, General Pinedo, Tres Isletas ubicadas en la provincia de Chaco, Bañaderos, provincia de Formosa y El Caburé en Santiago del Estero, donde se registraron colonias de esta plaga en las hojas inferiores de los rebrotes de cultivos de sorgo, en hojas y cerca de las raíces de los sorgos de alepo.
El pulgón amarillo coloniza el cultivo cuando las plantas tienen entre dos y tres semanas de edad. Luego, a partir de los 72 días después de la siembra, se produce un aumento poblacional progresivo de la plaga por encima de los niveles críticos, es decir, 50 pulgones por hoja.
Si no se frena a tiempo, la plaga llega al “efecto grupo” –el pulgón alcanza el hacinamiento y provoca una disminución en el valor nutritivo de la planta–, lo que induce a las hembras a producir individuos alados. “La forma alada, ya sea en bajas o altas cantidades, son las responsables de la dispersión de las poblaciones, colonización de nuevas plantas y daño de tipo indirecto que consiste en la transmisión de virus”, explicó la especialista.
En lotes donde el problema no fue atendido, la producción se redujo hasta un 100 %. “La presencia de colonias de pulgón amarillo en esta época, y luego de las bajas temperaturas y escasas precipitaciones de la estación invernal, nos indicaría que en los cultivos de sorgo de la campaña 2021-2022 esta plaga seguirá amenazando”, añadió.
Frente a esta situación, el INTA propone una serie de consejos para mitigar los posibles daños causados por el pulgón amarillo. En el proceso previo a la siembra resulta importante conocer cuál es la situación del lote en cuanto a la presencia del pulgón amarillo y eliminar los posibles focos de infestación mediante la observación de sorgo de alepo o rebrotes de sorgo, evitando el cultivo de estos últimos y, de esta manera, focos cercanos.
La especialista agregó: “Una práctica recomendada con impacto variable en la población de pulgón amarillo es el uso de insecticidas en las semillas, pudiendo proteger el cultivo durante, al menos, 30 días desde de la emergencia”.
Luego de la siembra es necesario realizar el monitoreo del cultivo, desde las cabeceras y hasta unos diez metros dentro del lote por lo menos una vez a la semana; y, en sorgo de alepo, revisar el envés de la primera hoja de color verde ubicada en la parte baja de la planta y la hoja más alta antes de la hoja bandera inferior y una superior en cinco plantas elegidas al azar en cuatro zonas.
Además, es conveniente identificar la presencia de insectos benéficos que podrían colaborar en el control de esta plaga.
En caso de haber identificado pulgones en el cultivo de sorgo, se debe aumentar la frecuencia de revisión a dos veces por semana y ampliar la revisión hacia la parte central del lote. “Se recomienda realizar un control químico cuando el 20 % de las plantas de sorgo presenten 50 o más pulgones por hoja en etapa vegetativa y cuando el 30 % de las plantas de sorgo presenten 50 o más pulgones por hojas en la etapa reproductiva”.
Requerida la utilización de agroquímicos, la Ley de Biocidas de la Provincia del Chaco establece el uso obligatorio de la receta agronómica realizada por un profesional ingeniero agrónomo matriculado para realizar cualquier tipo de aplicación, aérea o terrestre. Es importante comunicar las aplicaciones de insecticidas a apicultores de la zona para que tomen los recaudos necesarios con sus colonias de abejas.