Es decir 1,7% más alta que el 9,6% que indicó el Instituto Nacional de
Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) en su última medición.
Una de las preguntas de la encuesta estaría mal estructurada reflejando una
distorsión con la realidad.
El INDEC publicó un desempleo que fue relativamente bajo, 9,6% para el segundo trimestre del año y muchos voceros oficialistas festejaron la caída desde el 10,2% del primer trimestre del año e inclusive más bajo desde el 10,6% del mismo período de 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, los especialistas señalan que se trata de un optimismo infundado, en miras a revertir los resultados electorales para el 14 de noviembre.
Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso señala “Es un problema de medición que afectó a todo el mundo y desde la Organización Internacional de Trabajo enfatizaron el año pasado en la necesidad de reevaluar la metodología. No obstante, pasada la pandemia la mayor parte de los países volvieron a sus niveles normales de empleo. Como nuestro país todavía a principio de año tuvo que enfrentarse a un lento proceso de vacunación, se volvieron a tomar medidas restrictivas que afectaron la actividad de muchos sectores y los niveles de empleo”.
A los argentinos se les dificultó el desplazamiento por las restricciones imperantes en el transporte público, rutas y autopistas, por lo tanto, buena parte de la población desempleada no pudo buscar trabajo.
De esta forma la población económicamente activa (PEA), que contempla la cantidad de personas que se encuentran empleadas y las que buscan empleo, se redujo. Por lo que la tasa de desempleo, que se mide como el cociente entre la cantidad de desempleados totales sobre la PEA, fue más baja porque un porcentaje de la población que perdió el empleo no fue contemplado por la estadística.
La Fundación Libertad y Progreso elaboró un documento sobre las mejores prácticas a llevarse adelante ante la pandemia y se la extendió al Poder Ejecutivo el abril del 2020 pasado.