Ahora bien, consideramos un dato relevante mencionar que no existe país que haya aprobado el consumo de este trigo transgénico.
Hay trámites presentados ante Brasil, nuestro principal comprador (40% de las exportaciones argentinas), pero aún no hay nada concreto al respecto. Y a pesar de esto Abitrigo (molinería brasileña) ya pone serios reparos y advertencias ante la eventualidad de embarques a dicho país con presencia de trigo HB4.
Aun suponiendo que Brasil aprobara la comercialización de estos trigos, hay que tener en cuenta que el resto de los destinos habituales de nuestra producción triguera directamente no aceptan trigos genéticamente modificados.
La campaña pasada ya se sembraron para "ensayos" más de 6.000 hectáreas, y este año esa superficie se multiplicó por 9, más de 50.000 hectáreas para "ensayos", lo que dará una producción que permitiría sembrar 2.000.000 de hectáreas, un 30% de la superficie total de trigo.
Cuesta entender la razón de hacer y autorizar semejante volumen de producción de trigo que legalmente no puede comercializarse.
Tan elevado nivel de producción hace realmente imposible su contralor por las autoridades oficiales, razón por la cual será inevitable que se genere un proceso de contaminación de los trigos no modificados genéticamente.
Todo esto plantea un montón de interrogantes: ¿Quién va a controlar efectivamente esta producción? ¿Dónde se almacenarán las 240 mil toneladas potenciales a cosechar? ¿Existe algún plan de contingencia en el caso de las contaminaciones? ¿Qué pasará en los puertos y eventualmente ante un rechazo de embarques? ¿Alguien ha medido las consecuencias de que se declare a la Argentina como un origen de trigo contaminado? ¿Quiénes serán los responsables de semejantes perjuicios? ¿Cuántos serán los costos adicionales por controles y derrumbe de los precios internacionales?
Se estima que en la campaña próxima a cosecharse, las exportaciones de trigo ascenderían al orden de los 3.200 millones de dólares. Este valor peligraría en caso de que Argentina no sea considerada como un oferente de trigo pan.
Frente a semejantes perjuicios, las autoridades deben tomar medidas urgentes a fin de impedir que ellos se produzcan, confinando y garantizando totalmente su no ingreso en la cadena comercial y bajo estrictos protocolos a la desmedida producción de trigos transgénicos anunciada, así como la publicación de un informe con los controles realizados por la autoridad competente.