TENDENCIAS CLIMÁTICAS

Las condiciones actuales en el centro de la cuenca oceánica del Pacífico Ecuatorial, presentan un ligero enfriamiento. Esto enfriamiento responde a las previsiones de los modelos de pronóstico, aunque su intensidad es muy débil y por lo pronto no se destaca ningún tipo de acople sobre la circulación atmosférica.

La primavera del año pasado se vio muy afectada por la presencia del fenómeno La Niña, sin embargo y aun cuando es muy posible que el enfriamiento incipiente y aun desorganizado, logre mayor escala durante los próximos meses, es muy poco probable que el fenómeno logre una intensidad destacada. Dicho esto, nunca es lo ideal tener para la primavera proyecciones de La Niña, pero es posible que en esta ocasión se den circunstancias atenuantes y que la oferta de agua se vea menos afectada. Para esto lo que estamos viendo en el comienzo de septiembre, con las lluvias ya observadas y las previstas en el corto plazo, debe logra sustento y para ello las condiciones de escala regional, sobre todo el transporte de aire húmedo desde el noreste debes ser eficiente.


Indicadores menos validados pero que también generan teleconexiones entre las anomalías oceánicas y la circulación atmosférica, se presentan como forzantes negativos para esta primavera. El llamado dipolo del Océano Índico (IOD), se encuentra en su fase negativa y esto en general juega de la misma manera que La Niña para el sudeste de Sudamérica, o sea, de manera negativa. La presencia de este indicador se refleja con mucho peso en la tendencia deficitaria que presenta el SMN para gran parte de las zonas productivas del este del país, por lo cual a pesar de que el fenómeno de La Niña puede no ser agresivo, el contexto de gran escala no es el mejor para el desarrollo de la primavera, aun considerando el incremento de lluvias que está previsto para el desarrollo de septiembre.

Las recientes lluvias intermensuales, que validan en fecha la transición estacional, son muy significativas no solo por la recuperación de las reservas de humedad en las zonas trigueras, sino para dimensionar el impacto que tiene en la circulación de escala regional, el buen posicionamiento de la zona de alta presión del Atlántico. La secuencia de la circulación desde el enfriamiento de mediados de la semana pasada hasta que llegaron las lluvias del martes sobre BA, presenta un desplazamiento del anticiclón desde el continente hacia el océano, promoviendo una intensa y persistente circulación desde el noreste con marcado transporte de humedad hacia la región pampeana. Con el anticiclón en el océano, la producción de lluvia tuvo una apropiada respuesta para esta época del año.

Dado que están previstas nuevas lluvias en el corto y mediano plazo, podemos inferir que la circulación de escala regional se ha modificado positivamente, al menos para el desarrollo de la primera quincena del mes, pero no sería nada extraño que la misma se extienda a todo septiembre e incluso gane territorio sobre la franja mediterránea durante aportando las primeras mejoras pluviales para CB y el NEA.

En definitiva, los forzantes de gran escala no son los mejores, están previstos que se mantengan como agentes negativos para la generación de precipitaciones durante la primavera. Sin embargo, entendemos que esto puede ser mitigado por el comportamiento de escala regional. Esto es, aun cuando para todo el trimestre sea razonable pensar que las lluvias tendrán un techo en los valores normales, se espera que se concreten ventanas húmedas, generadas por la dinámica de la escala regional, las cuales permitirán plantear manejos agronómicos dentro de un contexto que podría ser menos hostil que el del año pasado.

Para la fina de la franja central y el sur del país, es muy probable que entre las reservas actuales y las nuevas lluvias, los cultivares dispongan de un buen nivel de humedad para la floración. Esto es más complejo de asegurar para el oeste de CB pero en principio, las condiciones no serían tan ajustadas como las de los últimos dos años en el oeste.

No se perfila aun una recuperación de importancia para las zonas agrícolas del SdE y el oeste de Chaco. Si bien esta próxima semana algunas lluvias pueden llegar hasta el sudeste de SdE, la zona presenta perfiles muy secos y posiblemente las precipitaciones previstas aun no sean suficientes. Algo similar pasa para el resto Chaco, centro norte de la Mesopotamia y gran parte del norte de SF. Siempre hacia el este, las posibilidades son mejores.

La condición de sequía de los ríos de la cuenca del Plata, no se resolverá en la primavera y posiblemente tampoco a lo largo del verano. Independientemente de esto, los eventos pluviales pueden mantener los perfiles de suelo en niveles de reserva apto para el desarrollo de los cultivos de verano. Es decir, con las precauciones necesarias debido a los forzantes negativos previstos y atendiendo las previsiones de corto y mediano plazo que definirán las ventanas más húmedas, se pueden arribar a resultados aceptables.