El avance de la mecanización en los últimos 50 años ha sido notable en la producción agrícola mundial. La globalización de la tecnología permitió que la maquinaria se extendiera a todas las zonas rurales del planeta, facilitando las tareas y permitiendo un salto en la productividad.
Sin embargo, las asimetrías en materia de adopción hace que todavía haya regiones postergadas, donde los equipos agrícolas no están presente en las labores a campo, lo que posterga el desarrollo rural y hace deficitaria la producción.
Con este diagnóstico como génesis, las asociaciones de fabricantes de equipos
de América del Norte (AEM) y de la Industria de la maquinaria agrícola de Europa
(CEMA), elevaron su propuesta durante la última Cumbre del Sistema Alimentario
de las Naciones Unidas realizada en Roma. En ese ámbito, del que participaron
los mayores referentes mundiales en materia de decisiones sobre alimentos, las
principales compañías globales de maquinaria agrícola propusieron a los jefes de
Estado poner en marcha un programa de mecanización agrícola Sostenible en los
sistemas alimentarios globales; a partir de las metas fijadas por la ONU para
2030.
La mayoría de las unidades supera los 15 años de antigüedad. Cómo es la edad por
potencia y dónde están los equipos más jóvenes.
Diagnóstico
La pandemia del COVID-19, la disminución de los recursos naturales y el impacto del cambio climático hacen que la producción de alimentos requiera cada vez de mayor sustentabilidad.
Según la FAO, la producción agrícola debe aumentar un 70% para 2050. La necesidad de hacer el trabajo más eficiente en los países en desarrollo es parte de esta iniciativa lanzada por las mayores asociaciones de maquinaria agrícola de América y Europa.
Para aumentar la producción y generar más bienestar entre los productores de estas zonas postergadas, la estrategia de masificar la mecanización es reducir el uso del músculo humano en la producción agrícola.
Es que la masa de tejido sigue siendo la fuente de energía más importante
para los pequeños agricultores. Por ejemplo, en África subsahariana, los seres
humanos proporcionan el 65% de la energía necesaria para la preparación de la
tierra en comparación con el 40% en Asia oriental, el 30% en Asia meridional y
el 25% en América Latina y el Caribe, según sostienen AEM y CEMA.
En 1998, la maquinaria agrícola exportaba U$S 54 millones y llegó a casi U$S 370
millones en 2012. En la actualidad, la cifra es similar a la de finales del
siglo pasado.
En su presentación en Roma, ambas entidades hicieron un llamado conjunto a los Gobierno para que pongan en marcha programas para incorporar la mecanización como parte de un ecosistema de la agricultura sustentable. La meta era que la Cumbre del Sistema Alimentario de 2021 reconozca y apoye el papel de la tecnología para lograr los objetivos de la ONU, elaborar alimentos inocuos, nutritivos y más accesibles para todos.
Por Alejandro Rollán
Fuente: MaquiNAC