En la actualidad hay 41 máquinas en operación, todas de diseño y fabricación
local, que prestan servicio en más de 4 mil hectáreas de yerbales. El principal
atractivo para los productores es el costo, que se reduce sensiblemente. En
contrapartida, el yerbal debe ser adaptado para que puedan operar las máquinas.
Este cambio está generando una fuerte demanda de mano de obra capacitada para el
mantenimiento de las cosechadoras, pero abre un interrogante respecto al futuro
de los tareferos.
A partir del año 2018, la firma Metalúrgica Lory pionera en la fabricación de cosechadoras de té desde hace más de 40 años, decidió innovar en el desarrollo de las mismas maquinarias adaptadas para la cosecha de yerba mate y ante la demanda trabaja en el desarrollo de unidades destinadas a la cosecha del tabaco.
En referencia, Jorge Lory, propietario de la empresa misionera que logró consolidarse en el desarrollo de cosechadoras de té, que incluso se exportaron a a Kenia y Ecuador, explicó que en diciembre de 2018 se presentó la primera máquina destinada a la cosecha de yerba mate. A partir de allí se fabricaron 41 cosechadoras que han mostrado “buenos resultados”.
“Es un invento de acá, que salió de los productores y de los metalúrgicos de la zona, nosotros les damos la posibilidad al cliente de hacerlo con un tractor en la parte más económica porque ahí ya tenemos el motor, la caja, la transmisión, el tractor puede ser nuevo o usado, los que más se venden son los tractores usados. Esos tractores los estamos transformando en máquinas; nuestra fabricación, nuestro diseño, eso es 0 km con garantía, como para darle una comodidad al cliente, como para que le salga económico y tener una herramienta”. Señaló.
Lory detalló las características de las unidades de producción local. “La máquina es simple, se le cambia la barra de corte, se le saca de abajo y se le pone otra barra de corte que va adelante y que tiene un cilindro que regula la altura, y el trabajo más grande es del productor que tiene que modificar su yerbal” a lo que agregó que a través de la mecanización deberá dejar de cosecharse como un árbol.
«Todas esas pruebas se están haciendo, ya van dos años que estamos trabajando en esto. Hay 41 máquinas trabajando así que hay alrededor de 4.100 hectáreas más o menos cosechadas a máquina, pero son las tres primeras cosechas con muy buen resultado. Lo que más cuesta acá es convencerse de que hay que transformar los cultivos para adaptarlos a la mecanización. En ese proceso estamos viviendo ahora” añadió.
En ese sentido el empresario destacó cambios que permiten la agilización del proceso incluida la recepción de la materia prima a los secaderos. “Otra cosa que está cambiando son los camiones que ya no llevan ponchadas, sino que se llevan a granel, la maquina en menos de 20 minutos descarga mil kilos sobre el camión, eso también agiliza un montón y baja los riesgos. También el secadero está cambiando el sistema de recepción de la yerba” puntualizó.
La utilización de las maquinarias aún se halla a prueba para evaluar su
eficacia a comparación de la cosecha manual efectuada por los tareferos. “hay un
gran trabajo sobre todo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, de
ingenieros agrónomos, de cooperativas y productores privados que están
trabajando mucho en fertilización, en análisis de suelo, se está sintiendo un
cambio porque la maquina no puede elegir el gajo que va a cortar, la maquina no
puede cosechar todas las ramas que se producen de una sola vez entonces eso
también va cambiando”.
Por otra parte, Lory añadió que trabajan fuertemente para que las mismas sean rentables para productores y empresarios que decidan incorporarlas. “Estamos trabajando muy fuerte en eso porque de eso depende nuestro trabajo o no, de que realmente les sea rentable a la empresa o al productor y tenemos numero reales como por ejemplo 1500 kilos por hora».
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