• En los primeros 5 meses las exportaciones devengadas (INDEC) pasaron de USD 11,5 mil millones en 2020 a USD 15,4 mil millones en 2021, una suba de USD 3,9 mil millones. Por su parte, el BCRA informa que en el mismo período ingresaron a sus arcas USD 7,8 mil millones en el 2020 (cobros de exportaciones) versus USD 16,1 mil millones en el 2021 (+USD 8,3 mil millones). Finalmente, las liquidaciones de divisas informadas por CIARACEC pasaron de USD 9,3 mil millones a USD 16,6 mil millones (+USD 7,3 mil millones), en este caso en los primeros 6 meses del año
• En este momento del año el interrogante principal de muchos actores económicos tanto del sector privado como público pasa por saber qué puede suceder en el segundo semestre con la generación de divisas del campo, tanto dólares devengados como liquidados. Esta generación dependerá básicamente, como puede deducirse, de la evolución que muestren los precios internacionales, de cómo vayan fluyendo los granos del ciclo (y también los de ciclos previos) desde el sector productor hacia el sector exportador y de cómo el sector exportador vaya liquidando divisas en base a sus deseos y posibilidades, siempre bajo el marco regulatorio vigente
• En un escenario base de volúmenes y precios, se estima que las exportaciones de granos y principales derivados industriales del 2021 (devengadas) se aproximarían a USD 36,0 mil millones, con una mejora de 9,6 mil millones respecto al 2020. En cuanto a la distribución temporal, unos USD 20 mil millones se habrían devengado ya en el primer semestre, restando USD 16 mil millones para el segundo, que se estarían distribuyendo, considerando la estacionalidad de últimos años, en USD 9-10 mil millones en el tercer trimestre y USD 6-7 mil millones en el cuarto trimestre. Como el cobro de exportaciones de granos por parte del BCRA en últimos 12 meses se muestra muy convergente a las exportaciones devengadas (mismo período), los flujos devengados antes estimados pueden ser también una buena aproximación del ingreso de dólares al BCRA
En lo que va del año la generación de dólares por exportaciones de granos (y sus principales derivados industriales) ha pegado un salto muy relevante, tal como lo muestran las distintas bases estadísticas que se disponen para monitorear lo que sucede con el principal sector exportador del país y sus flujos de divisas (devengadas o liquidadas).
El valor de las exportaciones devengadas que informa INDEC en estos productos pasó de USD 11,5 mil millones en primeros 5 meses 2020 a USD 15,4 mil millones en similar período de este año, una suba de USD 3,9 mil millones. Por su parte, el BCRA informa que para los mismos períodos ingresaron a sus arcas 7,8 mil millones en 2020 (cobros de exportaciones de bienes oleaginosos y cerealeros), que contrasta con los 16,1 mil millones del 2021, una mejora de 8,3 mil millones, muy por encima de las divisas devengadas, lo que estaría revelando un adelanto de liquidaciones y/o una convergencia por un desfasaje previo entre ambas variables. 1 Finalmente, las liquidaciones de divisas informadas por CIARACEC, la entidad que agrupa a las principales empresas exportadoras del rubro, pasaron de USD 9,3 mil millones a USD 16,6 mil millones, creciendo en USD 7,3 mil millones, en este caso para los primeros 6 meses de cada año.
La generación de divisas asociada a los granos ha sido particularmente abundante en el primer semestre del año y el interrogante principal pasa a ser qué puede suceder en el segundo semestre. Nótese que el valor devengado (generado) en las exportaciones es la variable que más importa, dado que las liquidaciones si bien pueden desfasarse (adelantarse o demorarse, hasta donde lo permita el marco regulatorio y lo deseen las empresas según sus posibilidades económicas / financieras) en algún momento y tomando períodos de 9/12 meses estas dos métricas deben mostrar un elevado grado de convergencia (pueden persistir algunas brechas pero deberían ser pequeñas, tener que ver con el hecho que son estadísticas de distintos organismos del Estado).
Históricamente el primer semestre del año era más importante que el segundo en términos de generación de divisas del agro, dada la estacionalidad de la cosecha argentina (marzo-mayo), los importantes costos de almacenaje y una industria de procesamiento menos desarrollada. En las últimas décadas estos factores han sufrido cambios y se ha ido nivelando bastante el aporte de los distintos períodos. Los costos de almacenamiento bajaron gracias al desarrollo tecnológico (silo bolsas), las ventanas de siembra y cosecha se extendieron en el tiempo por el doble cultivo y las nuevas semillas, y la industria de procesamiento ganó presencia, particularmente en soja, con la industria aceitera y su estrategia de estabilizar lo más posible su producción a lo largo del año.
Estimaciones propias en base a INDEC indican que en promedio entre el 2003 y 2020 el 51% de las divisas del año se generaron en el primer semestre y el 49% restante en el segundo (con un máximo del 56% en primer semestre de 2009 y un mínimo de 48% en primer semestre 2019). Un patrón similar se observa en las liquidaciones de CIARACEC, aunque con un promedio un poco más alto para primer semestre (53%) y ligera mayor variabilidad (máximo de 59% en primer semestre 2009 y mínimo de 45% en primer semestre 2019).
Un estimador sencillo de las divisas que podría generar el agro en el segundo semestre sería directamente suponer que este año la estacionalidad converge a una media como la histórica (INDEC), lo que arrojaría un flujo de exportaciones anuales superior a los USD 37 mil millones. Ahora bien, otra manera un poco más precisa, aunque no carente de supuestos, consiste en proyectar tanto volúmenes como precios medios de exportación para los distintos meses del segundo semestre en los principales productos.
En la proyección de los volúmenes que se podrían estar colocando en los próximos meses deben considerarse múltiples variables, la producción del ciclo agrícola (para aproximar “los saldos exportables” de la campaña), cómo viene avanzando la comercialización de los principales granos (se puede exportar sólo si el productor vende la producción), el desempeño de las exportaciones en los meses previos (cómo va evolucionando el saldo exportable a medida que avanza el ciclo comercial), la estacionalidad histórica reciente, entre otras.
En cuanto a la producción, y como se ha mencionado en informes anteriores, los volúmenes logrados en el ciclo agrícola 2020/2021 no habrían sido tan diferentes a los del previo, salvo en soja donde sí se habría producido un recorte, de entre un 5% y 10% respecto al año previo según fuentes (entre 2 y 5 millones de toneladas menos). Por el contrario, en otros cultivos, si bien de menor relevancia, la producción se habría incrementado (sorgo, girasol).
En cuanto a la primera comercialización de los granos (de los productores hacia los exportadores o la industria de procesamiento), las ventas de maíz venían siendo muy importantes, superiores a las de años previos. De acuerdo al relevamiento de MAGyP, a fines de junio, los productores habían comercializado 27,5 millones de toneladas del cereal (precio cerrado), el 55% de la producción del ciclo (tomando como referencia unos 50 millones de toneladas) y poco más del 75% de lo que podría ser el saldo exportable de maíz de la campaña (35 millones de toneladas). Por su parte, la comercialización de la soja venía mostrando una evolución similar a la de campañas previas, con 17,1 millones de toneladas, el 37% de la producción (tomando 46 millones de toneladas), menos de la mitad de lo que puede ser el saldo exportable del ciclo (cercano a los 40 millones de toneladas).
De las cifras anteriores se entiende que en maíz la exportación estaría (y estará) muy bien abastecida, mucho grano ya vendido, no debería haber problemas para sostener ventas en los próximos meses y se entiende que esto aplica también a otros cultivos menores. Por su parte, en soja la situación luce más ajustada y si bien la comercialización viene a ritmo de años previos, la menor producción del ciclo se sentirá (en el sector exportador) cada vez más a medida que avance el año. Un factor propio para la soja, de dinámica impredecible, que puede compensar la caída de producción o, por el contrario, generar más escasez en el abastecimiento al sector exportador, son los stocks deseados de la oleaginosa por parte de los productores. La campaña 2020/21 arrancó con niveles de stocks de soja muy altos para los parámetros históricos (por encima de los 10 millones de toneladas) y si bien los muy buenos precios internacionales podrían haber jugado a favor de la venta de buena parte de las existencias, otros factores siguen operando en la dirección contraria (expectativas de devaluación, ausencia de opciones atractivas para la colocación de fondos, incertidumbre macroeconómica, etc.).
Respecto a los precios internacionales, existen algunos elementos para pensar que los “mejores precios” del año ya se han visto, particularmente en algunos productos (caso de la harina de soja), pero también hay elementos que impiden ser contundentes respecto de la tendencia de corto y mediano plazo, en particular la permanencia aún de interrogantes climáticos en productores líderes (Estados Unidos, Brasil) y la voracidad firme de consumo de algunos países claves para el mercado de commodities (China), en un contexto donde las existencias globales son relativamente bajas.
En base a volúmenes y precios proyectados, el escenario base de exportaciones de granos y principales derivados industriales del 2021 (devengadas) es de USD 36,0 mil millones, con una mejora de 9,6 mil millones respecto al 2020. En cuanto a la distribución temporal, unos USD 20 mil millones se habrían devengado ya en el primer semestre, restando USD 16 mil millones para el segundo, que se estarían distribuyendo en base a una estacionalidad (histórica reciente) en USD 9-10 mil millones en el tercer trimestre y USD 6-7 mil millones en el cuarto trimestre. Como el cobro de exportaciones de granos por parte del BCRA en últimos 12 meses se muestra muy convergente a las exportaciones devengadas (mismo período), los flujos devengados antes estimados pueden ser una buena aproximación del ingreso de dólares al BCRA.
Por Juan Manuel Garzón
Fuente: IERAL