A Brasil tampoco le sobra tanto. Del sueño BRIC quedó poco y nada. El lava-jato golpeó en el corazón del modelo neodesarrollista: las multilatinas brasileñas financiadas por el BNDes. La nueva globalización también les exige cambios estructurales. Más allá de Neymar, la mayoría de sus jugadores lo hacen en equipos "grandes" de Europa, y Tite, discutido, es un estratega. Pero el fútbol, es -quizás, como el hockey- el único deporte de resultado incierto. ¡Vamos Argentina!
En trayectoria económica, eso si, los vecinos vienen un poco mejor. El año pasado el impacto del Covid-19 les generó una recesión de 4.1% anual, y este año mantienen un pronóstico de recuperación de 3.7%. La economía argentina cayó más que el doble, 9.9%, y en 2021 rebotaría hasta 6% anual, con viento a favor.
En Argentina volvieron los cupos y prohibiciones de exportación de carne vacuna, repitiendo políticas de resultado -negativo- conocido. Y siguen los impuestos a las exportaciones, bicho muy raro si los hay en las estructuras tributarias del mundo (en Brasil no existen, obviamente).
En el largo plazo, en producción agroindustrial, en el largo plazo, los vecinos ganan por goleada. El stock vacuno creció en Brasil 43% punta a punta en los últimos 20 años, y la producción de granos 360% en los últimos 25 años. En la Argentina, el stock vacuno ¡cayó 2.5%!, y la producción de granos creció 233% en iguales períodos.
Brasil 2 - Argentina 0. Menos mal que "el futbol es el deporte mas lindo del mundo... y la pelota no se mancha" (Diego).