Bajo lemas como Libre de plástico y Basura cero, emprendedores argentinos revisan las formas tradicionales de producción y estructura de un negocio e innovan desde el cómo hacer las cosas. El foco trasciende el negocio per se, buscando generar un impacto ambiental positivo y un cambio social.
1. EMPEZAR POR EL PROPÓSITO
Luego de tres años de investigación sobre el desarrollo sostenible de la producción de telas con fibra de caña de bamboo, y finalmente tomar la decisión de dar el salto a emprender, nació la marca de indumentaria Get Wild. Para sus fundadoras, el foco está en la misión: “Descubrir cuál es el propósito, porque emprender es bastante difícil, hay que aguantarse muchas presiones, entonces es importante entender que, si hay un propósito, una misión que te trasciende, te levantás todos los días con ganas de seguir llevando a cabo ese emprendimiento”, comparte Agostina Trovato, cofundadora de Get Wild. “Ninguna de nosotras viene de la industria textil, es por eso que nuestra misión y propósito fue algo que nos trascendió, siendo así que se materializó en una marca de ropa”, aporta Gabriela Rivero, su socia.
A principios de 2015, un vacío en el mercado fue el motor para que naciera Linda Cosmética. “En ese momento en la Argentina había muy pocos referentes de cosmética natural y fue lo que nos motivó a emprender, para satisfacer una demanda creciente del rubro”, compartió Macarena Camporeale, cofundadora. “Nuestro principal objetivo es lograr conciencia colectiva sobre el consumo responsable, ecológico y sustentable, de los productos que elegimos para aplicar sobre nuestro cuerpo”.
Frenar fue lo que le dio el puntapié a Martin Valese para crear Liveslow, la marca de botellas de agua de vidrio que busca reemplazar las de un solo uso. “Liveslow comenzó como la idea de cortar un poco con la vorágine del día a día. De bajar un cambio y pensar en las cosas que son más importantes”, recuerda Martín Valese. Tras más de diez años de experiencia corporativa desarrollando marcas, fue durante un viaje a Suecia que se impactó con el desarrollo en el mundo de la sustentabilidad y el bienestar. Este descubrimiento lo incursionó en un camino guiado por el propósito de compartir estilos de vida más sustentables.
Innovar desde el cómo se transforma, entonces, en el propósito guía de una pyme sustentable para el futuro.
2. EMPRENDER DE FORMA SUSTENTABLE
Tras reinventarse luego de un proyecto anterior, María Sol creó The Mash Store en 2017, desarrollando los primeros champú sólidos argentinos hechos con un tensioactivo derivado del aceite de coco. “Para mí la clave es ser original y pionero, la diferenciación, la atención al cliente y la calidad importan y mucho. Hoy, por ejemplo, debe haber más de 200 marcas de champú sólido. Lo ideal sería buscar un producto que no se conozca en el país”. Para la emprendedora, se puede buscar inspiración en otros países que estén más avanzados en el tema. “Si sos emprendedor y tenés una idea lanzala sin miedo y con lo que tengas, no hace falta tener la imagen y el logo perfecto, ya eso se hará con el tiempo”.
Buscar educar y capacitar al cliente es otra forma de generar un impacto positivo a nivel social y ambiental. “Nosotros hacemos mucho hincapié en eso, en mostrarle a la gente que lo que eligen importa, no solo por ellos sino por el ejemplo que dan con sus elecciones”, expresa Martin Valese. “Nosotros decimos que Liveslow es un pequeño gesto que hacemos juntos y que puede inspirar muchos más. Justamente porque es un cambio de hábito pequeño para una persona, pero a la vez un cambio grande a nivel social y ambiental”.
Para Macarena Camporeale, generar un impacto en la comunidad es un motor clave para guiar la pyme en un camino de sustentabilidad. “Ya estamos generando un impacto distinto, porque el contacto es directo entre quienes crean y entre quienes consumen”.
3. CAMBIO DE PARADIGMA
El cliente cambió: es cada vez más exigente, y consume de forma más consciente. “Creo que estamos en medio de un cambio de paradigma. De a poco estamos yendo de una sociedad que vive usando recursos invaluables y desechándolos como basura, a una sociedad que preserva el valor de sus recursos. De una sociedad que ve con deseo el consumo desmedido a una que cuida lo que tiene y lo elige con atención”, asegura Valese. “Creo que el auge de emprendimientos sustentables como Liveslow, que se dieron estos últimos 2 o 3 años, tiene que ver con eso, con elegir productos o marcas que representen una forma de decir cómo queremos que sea nuestro mundo y como queremos vivir nuestra vida”.
“En general, no estamos acostumbrados a esa cercanía con los productores y con los procesos de elaboración, tampoco con la materia prima que se utiliza”, reflexiona Camporeale. “Desde nuestro lugar creemos que acortamos esa distancia a la que el consumo masivo nos ha acostumbrado y puede ser un puntapié para que nuestros clientes repiensen sus demás consumos.”
Aunque el cambio es paulatino, un sector de la sociedad comienza a acercarse cada vez más hacia marcas con mayor conciencia. “Hay un nicho, un sector de la sociedad que definitivamente está super alineado a una concepción de cuidar el medioambiente, de generar impacto social y ambiental positivo, se trata de una persona que cuando consume lo hace de manera responsable, es decir, que es mucho más consciente a la hora de elegir qué productos consumir o no consumir”, asegura Trovato.
El cómo hacer las cosas ya no es un componente más en la construcción de un emprendimiento, sino que cobra un significado aún más fuerte en el contexto de un cambio en la forma de consumo de un cliente que exige mayor consciencia y compromiso. Innovar desde el cómo se transforma, entonces, en el propósito guía de una pyme sustentable para el futuro.
Por Magdalena Villar – Fundadora de Meraki Craft
Fuente: Infopymes