SIN DEMANDAS
La intensa entrada de aire frío del último fin de semana, cerró el mes de mayo con un saldo pluvial muy favorable, podríamos decir mejor de lo esperado. Las lluvias que se dieron durante la última parte del mes pasado realmente fueron muy efectivas, dado que con mucho oportunismo generaron recargas superficiales que son ideales para dar continuidad en forma generalizada al avance de las siembras de la fina. Al presente es difícil encontrar una zona apta para trigo u otro cultivo de invierno, que no cuente con un buen nivel de humedad. Posiblemente zonas del oeste del NEA o áreas marginales del NOA estén más complicadas para implantar alguna cobertura, pero la condición general de los dos núcleos trigueros principales del país es muy auspiciosa.
Partiendo de un escenario de reservas que, para sementeras en barbecho, resulta muy cercano a un nivel óptimo, con algunas zonas que aún pueden presentar suelos saturados, se puede estimar la demanda de precipitaciones para las próximas dos semanas.
No sorprende que la demanda sea nula en gran parte de la región pampeana, aumentando hacia el centro y el oeste cordobés, donde eventualmente habrá que tomar más precauciones o hacer otro tipo de manejo del que se puede hacer en las zonas más holgadas que se presentan sobre el este o hacia el sur de la región pampeana.
Posiblemente luego de la fuerte entrada de aire frío del fin de semana, transitemos entre siete y diez días libres de precipitaciones sobre la franja central del país. Es posible que el sudeste de BA, más cercano al flujo de aire oceánico, presente algún mayor grado de inestabilidad y vea precipitaciones menores dentro de este período, pero a gran escala no se ven perturbaciones con potencial para reproducir lo sucedido durante la semana pasada.
En definitiva, los suelos ya han quedado optimizados para el avance de las siembras de los trigos de ciclos largos. Las últimas lluvias han consolidado un escenario que define una situación muy distinta a la que se presentaba el año pasado, momento en el que muchas zonas, sobre todo del oeste, arriesgaron siembras dentro de un contexto muy ajustado de humedad, que no experimentó mejoras durante el invierno y sobre el cual luego impacto La Niña, con una marcad merma en las lluvias de primavera.
La situación hacia adelante parece encaminarse a un invierno con una distribución de lluvias más cercana a lo típico, es decir mostrando un gradiente este oeste. Por lo pronto no hay señales negativas para la salida a la primavera, pero esto será materia de un monitoreo subestacional continuo dentro del trimestre frío.