En realidad la “sorpresa” del informe del miércoles del USDA fue la casi total confirmación de las estimaciones privadas.
Se afirma la idea de que el balance entre oferta y demanda de granos seguirá ajustada.
Para que esto cambie, será necesario que la producción en la campaña de EE.UU. sea muy positiva.
Porque la presente campaña en este país del norte comienza con reservas de soja extremadamente reducidas. En el arranque el nivel de reservas es de tan sólo 3,25 millones de toneladas. Es cierto que la cifra del USDA está por encima de lo esperado. Pero la diferencia es mínima. Los privados calculaban 3,18 millones. Casi lo mismo.
Si se confirmase la estimación productiva de 119,88 millones, la campaña finalizaría con un nivel de stocks de 3,81 millones.
Partiendo de área sembrada de 35,45 millones de hectáreas y un rinde promedio de 34,16 quintales por hectárea, este Organismo llegó a esta cifra de 119, 88 millones de toneladas. Un número por debajo de 120,59 millones, previsto en promedio por los privados.
La pregunta es, si al final de la campaña, la producción quedará por arriba o por abajo.
Cualquier disminución en la cosecha debería provocar mejores precios internacionales, si las demás condiciones en el mundo no cambian.
Para tomar dimensión del problema hay que recordar que en la campaña anterior el stock final fue de 14,28 millones de toneladas.
Respecto a Brasil, el otro gran coloso productivo, no mostró mejoras. Por el contrario, repitió el cálculo del mes pasado, al sostenerla su estimación de producción en 136 millones de toneladas, con exportaciones por 86 millones de toneladas.
Un dato interesante: el USDA redujo muy poco su estimación productiva para nuestro país.
Muy por encima de la expectativa de los privados, el USDA bajó su estimación de 47,50 a 47 millones de toneladas. Los que vivimos en la Argentina sabemos que difícilmente el volumen supere el volumen de 44 millones de toneladas.
Ergo, ello podría más adelante ser un trampolín sostener los precios internacionales.
Otro punto interesante es el referido a la demanda por parte de China. Ahora ha pasado de 100 a 103 millones de toneladas.
Como se advierte, las posibilidades para bajas son menores a las que pueden darse en suba.
Habrá que seguir de cerca la evolución del cultivo en EE.UU.
A juzgar por las estimaciones, el piso se ha elevado mucho.