EL CENTRO ESTE COMO EPICENTRO

Cambiando del viernes para el sábado de la semana pasada, una importante perturbación frontal barrió gran parte de la región pampeana. Las lluvias comenzaron a llegar a la zona núcleo durante la madrugada del sábado y las mismas prosiguieron durante gran parte del día debilitándose progresivamente, con las celdas más importantes que se iban desplazando hacia el centro de SF y el noroeste de ER. Lo más interesante de la situación es que antes de que cierre la semana, un nuevo sistema frontal logro desplegarse hasta el noreste del país. Desde el comienzo de la segunda quincena de marzo, en apenas diez días se han visto tres perturbaciones con un recorrido “clásico” originándose en el sudoeste y avanzando sin mayores inconvenientes hacia el noreste del país. La provisión de agua no ha sido pareja, sobre todo la mayor parte del territorio bonaerense y de LP, siguen esperando mejora y continuidad en los milimetrajes.

Como podemos observar en el mapa, una vasta zona sumó al menos sesenta milímetros durante estos eventos. Hacia el sur, el este y el noreste, las precipitaciones no fueron tan generosas, mientras que sobre el norte de la zona núcleo, buen parte del centro de SF y ER, la oferta de agua ya califica como abundante. En vastos sectores de los departamentos Victoria y Gualeguay (sur de ER), las lluvias superaron los ciento treinta milímetros, es decir, un valor asociado al registro mensual de la zona.

Más allá de la variabilidad de los milimetrajes, lógicos para la época, lo importante es que la actividad queda vinculada a una perturbación que logró un recorrido pleno y que no encontró restricciones para desarrollar la nubosidad en las capas verticales de la atmósfera. Es natural que en este tipo de sistemas, se observen salteos o sectores menos provistos de agua, pero este tipo de evento están lejos de ser los improductivos sistemas frontales que se presentaron durante febrero y comienzos de marzo. Esto se ha modificado para bien y recompone un patrón de precipitaciones que comienza a mostrar una tendencia hacia la normalización.

De todos modos hay que ir con cuidado dado que esta situación ya se observó durante el mes de enero y luego reaparecieron las precipitaciones deficitarias. La ventaja en esta ocasión es que claramente se ve desplazado el sistema de alta presión hacia el océano, los flujos de humedad aún están muy activos, las masas de aire frío y seco son ocasionales y débiles y por otra parte, el efecto Niña se encuentra en sus últimas etapas. En conclusión deberíamos tener un otoño con mejor provisión de agua

Con las lluvias del último fin de semana, la retracción del área de sequía es muy evidente en gran parte de la región pampeana. Naturalmente podremos concluir que esta mejora llega tarde, pero es importante sumar buenas lluvias en la transición estacional. Una persistencia de las deficiencias pluviales por un período mayor, comenzaría a jugar en contra de la recarga de los perfiles para la fina. También ha comenzado a llover algo más en Chaco, una zona que imperiosamente debe sumar durante el mes de abril y la primera parte de mayo, dado que luego naturalmente las lluvias tienden a bajar su rendimiento.

Sería muy importante que las lluvias que se vienen observando en el centro sur de la provincia de BA, el NEA y el centro norte de la Mesopotamia, se reflejen en buenos milimetrajes entre lo que resta de hoy y mañana. No se perfilan lluvias para el norte de LP, CB o el noroeste de BA, no más de lo que ya ha llovido. De todas maneras el cierre del mes de marzo y la transición hacia el mes de abril, se mantendrá dominado por la presencia de aire tropical. Estos sistemas frontales no están generando cambios de masa de aire significativos, con lo cual seguramente durante la próxima semana, volveremos a tener novedades en cuanto a precipitaciones.

Ya casi en el cierre de la campaña 20/21, los resultados que se van perfilando no pueden sorprender demasiado. Si hacemos un análisis retrospectivo, deberemos reconocer que las precipitaciones ya comenzaron mostrarse con tendencia deficitaria desde febrero de 2020. Desde entonces solo hubo períodos húmedos que, según su oportunismo, aliviaron los cultivos. Sin embargo, la mirada extendida presenta una fuerte persistencia de lluvias por debajo de los valores normales.

Esta situación puede estar comenzando a cambiar si se sostiene la buena oferta de agua en abril. El proceso es complejo, dado que hay que revertir un patrón muy instalado. Por ahora el escenario de corto y mediano plazo, permite ser optimistas en cuanto a que las reservas de humedad pueden recomponerse razonablemente hasta el inicio de las siembras de la fina.