Luego de llegar a un pico de $ 195 el dólar blue bajó, gracias a las intervenciones indirectas del gobierno, a niveles de 145 y ayer cerró a 151. Lo cierto es que nadie cree que la gente haya tenido un ataque de confianza en el peso que la llevó a desprenderse de dólares y abrazar el peso como reserva de valor. Con el déficit fiscal actual, la tasa de inflación que claramente tiende a subir a pesar que tienen pisadas las tarifas de los servicios públicos y los precios controlados, diferente va a ser la historia cuando esas variables empiecen a moverse.
En valores constantes al mes de octubre 2020 el tipo de cambio blue se ubicaba en niveles cercanos a la hiperinflación de 1990 antes que se estableciera la convertibilidad.
El tesoro, que había anunciado que no se iba a financiar con emisión monetaria en el último bimestre del año, en noviembre el BCRA emitió $ 150.000 millones bajo el rubro transferencia de utilidades y en los primeros días de diciembre ya emitió $ 100.000 millones para financiar al tesoro.
En lo que va del año, la base monetaria creció el 32% pero no hubo un estallido inflacionario, al menos por ahora, porque el BCRA sigue colocando deuda vía LELIQs y Pases. Al 31 de diciembre de 2019 la suma de LELIQs y Pases era $ 1,2 billones y al 30 de noviembre llegó a los $ 2,6 billones. Es decir, que la deuda del BCRA creció el 120%. Cualquier economista sabe que esa deuda es impagable porque el BCRA no genera ingresos como para financiar el pago del principal y los intereses que van corriendo. En otras palabras, si bien la principal fuente de financiamiento del déficit es la emisión monetaria, esa emisión el BCRA se transforma en deuda del BCRA para quitar liquidez del mercado y evitar un gran impacto inflacionario inmediato, pero siempre a costa de aumentar una deuda impagable. En definitiva, el BCRA está postergando el desenlace. Le pasó lo mismo a Cambiemos con las LEBACs hasta que en abril del 2018 el mercado dijo basta.
Gráfico 1
Fuente: Dr. Mariano Fernández, profesor UCEMA
El gráfico 1 muestra la evolución del dólar blue a valores constantes. En realidad arma un número índice para ver cómo evolucionó el dólar blue en pesos constantes de octubre 2020. El dato que surge es que el dólar blue alcanza su punto más alto en la hiperinflación de Alfonsín con un índice 6,43, luego viene la hiperinflación de 1990 con un índice del blue igual a 5,12 y a octubre estaba en 4,35.
En el gráfico Mariano Fernández agrega el tipo de cambio oficial a partir del primer cepo cambiario en octubre de 2011 ni bien ganó las elecciones Cristina Kirchner.
¿Qué nos refleja el gráfico 1? Que el nivel de desconfianza en el peso es similar a la que había en los períodos de ambas hiperinflaciones porque el dólar blue está en niveles cercanos, al menos, al del segundo salto inflacionario en 1990. De ahí que uno pueda concluir que esta baja en el blue tiene pies de barro y está sostenida con artificios que, más temprano o tarde, dejarán de tener efecto y el blue volverá a ser imparable.
Gráfico 2
En forma coincidente con el primer gráfico, la brecha cambiaria al mes de noviembre estaba en niveles cercanos a la brecha cambiaria que había en la segunda hiperinflación. Es decir, tanto el blue a valores constantes como la brecha que tenemos actualmente se asemejan a niveles de la hiperinflación de 1990, mostrando una gran desconfianza en el peso.
Dado que no hay un plan económico que genere algún tipo de confianza y políticamente tampoco tenemos un escenario de gobernabilidad, dado que los agentes económicos perciben divisiones entre los grupos antagónicos dentro de la coalición gobernante, se hace muy difícil imaginar un ataque de confianza en el peso.
Vale la pena recordar que en cada oportunidad que se disparó la brecha cambiaria, cuando está se redujo no fue porque el blue bajó hasta los niveles del oficial sino que, por el contrario, el oficial alcanzó al blue.
En síntesis, la estabilidad cambiaria que se observa en el mercado blue no responde a que los agentes económicos tuvieron un ataque de confianza en la política económica del gobierno o se presentó un sólido plan de estabilización y reformas estructurales. Los problemas de fondo se siguen agravando pero se pueden disimular un tiempo. Pero no todo el tiempo.
Recuerde el lector que la famosa inflación cero de Gelbard existió hasta que llegó Celestino Rodrigo en 1975, cuando levantó la alfombra y se pudo ver toda la basura que se había barrido debajo de ella con la famosa inflación cero que no fue otra cosa que una gran ficción.
Fuente: Economía para Todos