TENDENCIAS CLIMÁTICAS
La situación en la cuenca central del Pacífico Ecuatorial, viene evolucionando de acuerdo a los pronósticos del indicador ENSO. Actualmente ya se monitorea la intensidad del acoplamiento entre la anomalía negativa que afecta las temperaturas superficiales de la zona y la circulación atmosférica. Por lo pronto todos los parámetros marcan un nivel de actividad bajo, lo cual es asociado a una intensidad débil del fenómeno de La Niña. Como sea, este enfriamiento estará presente en el Pacifico central hasta finales de año, tendiendo a desaparecer durante el transcurso del mes de enero.
Dada la compleja situación pluvial que afecta a gran parte de del sudeste de Sudamérica, podemos decir que la validación del fenómeno La Niña, viene a fortalecer las dificultades para el desarrollo del último tercio del año. Es muy difícil encontrar señales que permitan proyectar cambios significativos a gran escala. Si es posible que aparezcan zonas “privilegiadas” que se constituyan en epicentros donde las lluvias puedan tener mayor nivel de recurrencia. Ese comportamiento posiblemente sea más probable en áreas que van desde el sur de Corrientes hacia la provincia de ER, Uruguay, una parte del sur de SF y el sudeste de CB y también una buena parte de BA y LP. Igualmente es difícil pensar en zonas que al cerrar el trimestre, logre sumar lluvias que califiquen por encima de los valores normales.
Como mencionamos en el mes anterior, las soluciones, aun siendo parciales, las debe generar la circulación de escala regional. La entrada de aire frío con que está arrancando el mes de octubre, no es lo ideal y esto puede provocar una primera parte del mes que dé continuidad a la escasez de lluvias en la zona central del país, principalmente en este sector que hoy por hoy, es el que sufre la sequía más marcada. También SdE y el NEA se encuentran en sequía, pero estas zonas están más habituadas a padecer inicios tardíos de las lluvias de primavera.
Como se perfila la situación es difícil pensar en una corrección de valor durante el mes de Octubre. Estadísticamente es un mes donde las lluvias suelen tener un salto de volumen. Un salto en el que se apoyan los cultivos sembrados tempranamente en septiembre y del que dependen también las siembras de soja que arrancan en la segunda quincena del mes. Es posible que parezcan soluciones parciales en la segunda quincena, pero sumar cien milímetros parece un objetivo, que visto desde hoy parece poco probable.
Teniendo en cuenta el cierre de Septiembre, BA y LP tienen una situación menos exigida. Además de haber recuperado reservas, se darían lluvias menores que sirven de mantenimiento. Aun cuando el balance pueda ser negativo en la primera quincena, tienen reservas para sostenerse, con trigos que se transitarán su floración sin padecer estrés hídrico. Hay que monitorear lo que sucede en los departamentos del sur de BA, los costeros, dado que las señales que dejó septiembre no son las mejores para el sector.
Cualquier análisis que pueda hacerse al presente, queda relativizado hasta que no aparezca un sistema precipitante de gran escala sobre el centro norte del país. No se detectan condiciones dinámicas capaces de potenciar la actividad atmosférica necesaria para el desarrollo de tormentas con alto potencial pluvial. Muy posiblemente esta sea una campaña donde los calendarios de implantación deban ser revisados.
Aparece un incipiente calentamiento en el Atlántico que podría aportar mayor humedad sobre el este del país, sin embargo el beneficio de esos flujos de humedad recién serían evidentes en la oferta de agua en la segunda parte del mes o en la primera parte de noviembre.