Confederaciones Rurales Argentinas, quiere llevar claridad a sus asociados y productores, manifestando que no ha participado en ninguna negociación y/o información alguna al respecto, no ha sido convocado ni se ha expresado sobre las supuestas medidas a implementar.
Una vez más sostenemos que los productores, no son los causantes de la dramática y persistente situación económica que atraviesa el país y que la falta de dólares es una consecuencia de las pésimas políticas de exportación que se han tomado, mirando solo la recaudación y desalentando el crecimiento de la producción exportable.
Los productores pequeños y medianos del país no hemos tenido históricamente acceso a créditos de financiamiento productivo a tasas lógicas para nuestras rentabilidades, eso ha hecho que nuestra forma de financiamiento sea a través del canje por insumos o la venta de nuestras cosechas acorde a nuestras obligaciones de gastos, así es como financiamos nuestras campañas.
En la comparativa interanual se ha liquidado hasta este momento solo un 3% menos de soja que el año anterior (62% vs 65%) pero a su vez un 3% más de maíz (71% vs 68%) y esto ocurre comparándonos con un año habitual y sin disrupciones como el que estamos transitando por la pandemia y la multiplicidad de factores que fruto de este marco dificultan y ralentizan los flujos normales de operaciones.
Según las estimaciones 17 millones de toneladas de soja se encuentran en manos de los productores y también unas 8 (como base) a 13 millones están en manos de los exportadores dependiendo el analista que se consulte.
Una baja de 3% porcentuales y por un corto período sólo estimulará la liquidación de aquellas toneladas en manos de los exportadores que rápidamente harán una toma de ganancias, aprovechando liquidar con un 30% de derechos de exportación aquello que compraron descontado de un derecho del 33% y nuevamente se habrá generado de facto un diferencial, es decir una traslación de recursos desde el sector productivo al industrial.
No es una baja circunstancial de unos puntos de retenciones, el problema es mucho más hondo, e interpela la confianza y los gestos cotidianos que el Gobierno tiene para con el campo en general.
La confianza en una construcción constante, que cuando desaparece, requiere de un largo tiempo y muestras concretas para reestablecerse, seguimos proponiendo un camino de crecimiento y producción, deseando que alguna vez nos escuchen.