Por otro lado hay que tener en cuenta que en las últimas semanas se volvieron
a realizar remates en el Mercado de Liniers que es el formador de los precios
ganaderos. La vuelta de las subastas, que se habían suspendido por la pandemia,
también influyó para que mejoren los precios.
A esos factores se agrega que cuando se reduce la oferta el productor modera
sus ofrecimientos para intentar capturar mejores valores porque ve como cada día
se obtienen mejores precios, eso también influye en la tendencia alcista que se
vio desde fines de julio.
Tengamos en cuenta que en pocos días hubo un salto importante, y una mejora de 10 pesos en la venta no es poca cosa, por eso se “especula” con el momento del envío de hacienda a la faena.
La mejora que se vio en los precios del gordo vino más que bien porque se
había quedado muchos respecto del salto que tuvo este año la invernada y en
consecuencia el resultado económico del engordo daba muy mal, esto hace que la
ecuación al menos de compra venta se comience a equilibrar y si se computa en el
proceso los kilos baratos que se agregan en la recría la cuenta empieza a tener
otro color, más allá de que en el proceso de engorde propiamente dicho sea muy
ajustada.
La recría viene jugando un rol muy importante en la ganadería. Son muchos los
que la incorporaron en los últimos años a sus esquemas productivos. En parte
porque suma kilos a bajo costo y además porque permite terminar animales más
pesados, en definitiva ayuda al agregado de valor a la inversión de compra que
este año resultó significativa.
Al haber más recría es muy probable que en esta segunda parte del año
tengamos más hacienda de las categorías livianas terminadas a corral, pero no
creo que se vaya a dar una concentración fuerte en un determinado momento del
año, por el contrario lo que esperamos es que esa oferta se vaya desparramando a
lo largo del semestres y eso se deberá a que, como dijimos en el inicio de la
nota, el encierre fue menor en el inicio de la zafra, se potenció hacia mayo y
junio y además se incluyó la recría que da flexibilidad en la elección del
momento de ingreso de los animales a los corrales.
Eso ayudará a compensar un factor bajista que seguramente tendrá el mercado
en los próximos meses y que tiene que ver con la crisis económica que se expresa
en un menor poder de compra de la población. Si los argentinos prefieren a la
carne como a ningún otro alimento y esa demanda entonces está garantizada, es
muy real que el poder de compra de la población se verá resentido por la crisis
que se profundizó con la cuarentena de forma significativa.
Veremos en las próximas semanas si la suba que se está dando en el precio del
ganado para faena se puede trasladar al valor de la carne en la góndola, si el
traslado es total o parcial y en tal caso si termina repercutiendo en el mercado
ganadero. Hoy el carnicero no puede tocar los precios sin afectar volumen de
ventas.
En resumen veo un factor bajista que es el menor poder de compra de la demanda interna. Además hay que considerar que hay una oferta abundante de las otras carnes como la de pollos y cerdos. Por otro lado uno alcista que es la posibilidad de moderar ventas o una salida más repartida de esa oferta.
En cuanto a la exportación, creo que tendrá un comportamiento totalmente
diferente. Lo que vemos es que se están comenzando a diferenciar el mercado
exportador del interno.
Por un lado hay que tener en cuenta que se reactivó y con fuerza la demanda europea que lleva cortes finos de novillos para la cuota Hilton y un set más amplio aunque menos volumen para la cuota 481.
En el caso de la cuota Hilton los valores se fueron afirmando de forma
significativa tras el regreso a la actividad de restaurantes y hoteles y los
últimos precios rondan ya los 200 pesos por kilo en gancho.
Esta suba también se ve influida por la menor oferta de novillos debido a que
muchos establecimientos quedaron fuera del listado de los que puede proveer
novillos para la cuota Hilton por no cumplir con todos los requisitos que piden
el Senasa y el protocolo vigente.
También se observan que hay más negocios de exportación de carne a Estados
Unidos que compra recortes para hamburguesas, Israel volvió a demandar carne
kosher y China sigue llevando volúmenes importantes de carne atender a una
demanda interna insatisfecha debido a la crisis en su producción de carne
porcina consecuencia de la pérdida de una porción importante de su stock por la
difusión de la peste porcina africana. La vaca tuvo una mejora para destacar en
las recientes semanas por la puja entre los industriales para hacerse de una
categoría cuya oferta comienza a reducirse.
Creo que la exportación es fundamental y tendrá un peso importante en el negocio como compensación de las dificultades que se puedan generar en el mercado interno. No veo conveniente quedar a expensas de un único mercado, hay que tener abierta la mayor cantidad de canales comerciales posibles.
Invernada
Los terneros esta año tuvieron un salto de precios muy marcado y ahora
entramos en la etapa del año en la cual la oferta es menor por lo que es
probable que ese mercado se mantenga firme sobre todo si se consolida la suba en
el gordo.
La mejora en la invernada tiene que ver con la necesidad de los productores,
no sólo de recriadores o frigoríficos sino también de agricultores, de encontrar
una forma de resguardar el capital. La compra de hacienda tiene que ver con el
interés de escapar a los pesos, a una moneda débil que cada día que pasa pierde
algo de valor. Al mismo tiempo el cepo le pone freno a las alternativas de
inversión entonces los que están en el sector se vuelcan a la compra de hacienda
que antes o después actualizará su precio.
Ese es el principal argumento del resguardo del capital. Por eso cuando
algunos productores venden parte de la cosecha cambian ese ingreso por hacienda
para recría. Y ese es también el motivo por el cual los vientres tuvieron una
actualización de precios.
Lo que estamos viendo en este tiempo es que está costando la venta de los terneros livianos de 150/170 kilos porque es una categoría más sensible y difícil de manejar, en cambio se observa que hay negocios de venta de terneros recriados de 250/28 kilos. Se trata de productores que compraron el ganado meses atrás y que ahora ven que lo pueden vender a 115/120 pesos, que es el mismo precio que le pagarían si lo tuviesen terminado para la faena. Entonces prefieren venderlo a un frigorífico que lo va a recriar para sacar un novillo y con ese dinero salen a reponer invernada. De ese modo se hacen del mismo ingreso sin esperar a que el animal esté terminado.
Por Carlos J. Colombo (h) de Colombo y Magliano
Fuente: FIFRA