Por ello, un equipo de investigadores del Instituto Federal de Tecnología de Suiza en Laussane (EPFL) y el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Materiales (Empa) ha estado trabajando durante los últimos dos años en una máscara quirúrgica completamente transparente.
Recientemente han logrado obtener un material derivado de biomasa para
fabricar las máscaras y han creado una startup llamada HMCARE, encargada de
comercializarlas. Luego de completar una ronda de capitalización, en la que
recaudaron €1 millón, la compañía se encuentra lista para llevar el proceso a
escala industrial. La idea es lanzarlas al mercado a principios de 2021.
Las máscaras «HelloMasks» son transparentes y están destinados a reemplazar los típicos tapabocas verdes o blancos que suelen usar los trabajadores de la salud. Si bien cualquier persona podría utilizar esta protección, ha sido diseñada principalmente para el uso médico permitiendo que el contacto entre los cuidadores y los pacientes sea menos impersonal.
La idea surgió cuando Klaus Schönenberger, jefe del Centro EssentialTech de
EPFL, cuya misión es ayudar a transferir tecnología moderna a los países en
desarrollo, estaba trabajando en África occidental durante el brote de ébola de
2015. «Fue conmovedor ver que las enfermeras, cubiertas de pies a cabeza con
equipo de protección, se pusieron fotos de sí mismas en el pecho para que los
pacientes pudieran ver sus caras», dice.
Al año siguiente, se acercaron a Schönenberger, Thierry Pelet, ahora el CEO
de la startup, y Sacha Sidjanski, gerente de proyectos en la Facultad de
Ciencias de la Vida de EPFL, con un diseño inicial para una máscara
transparente. Recordando su experiencia en África, Schönenberger no dudó ni un
segundo. Pelet y Sidjanski se inspiraron en Diane Baatard, una antigua narradora
de historias en los Hospitales de la Universidad de Ginebra, que consideró
lamentable que los niños gravemente enfermos que entretenía no pudieran ver sus
expresiones faciales mientras hablaba.
Esta no es la primera máscara transparente que existe. Pero en general, las máscaras transparentes regulares tienen una ventana de plástico que puede empañarse y no son transpirables.
«Los prototipos de máscaras que son parcialmente transparentes, son máscaras normales con parte de la tela reemplazada por plástico transparente», dijo Pelet en un comunicado de la empresa. Sin embargo, dado que ese plástico no es poroso, dificulta que el usuario respire y se empaña fácilmente.
Los investigadores de Empa y EPFL pasaron dos años buscando la combinación
correcta de transparencia, resistencia y porosidad. Finalmente se les ocurrió
una membrana elaborada de un polímero desarrollado específicamente para esta
aplicación. «Podemos producir finas membranas electrohiladas con un tamaño de
poro de aproximadamente 100 nanómetros», explica el investigador de Empa,
Giuseppino Fortunato, del laboratorio «Membranas y textiles biomiméticos» en St.
Gallen, que desarrolló el material junto con el investigador de Empa, Davide
Barana.
Debido a que las nuevas máscaras serán descartables para una eficacia óptima,
como las máscaras quirúrgicas existentes, los investigadores se centraron desde
el principio en encontrar un material que fuera reciclable o biodegradable. «El
99% de nuestras máscaras contiene un material derivado de biomasa, y seguiremos
trabajando en ellas hasta que sean completamente ecológicas», dice Pelet.
Instalaciones de producción en Suiza
El material se elabora utilizando un proceso llamado electrohilado, donde se
usa una fuerza eléctrica para dibujar fibras de polímero.Los investigadores
adaptaron el método ligeramente para la producción a gran escala. El material se
generará en bobinas desde las cuales se pueden cortar y ensamblar máscaras
individuales. Si bien el equipo de investigación inicialmente planeó fabricar
sus máscaras en Asia, están considerando mantener la producción local, en Suiza.
Varias compañías, incluida HMCARE, planean construir plantas de mascarillas
quirúrgicas en ese país para satisfacer la creciente demanda causada por la
pandemia. Pelet está en conversaciones con varias otras empresas y
organizaciones del sector público.
La creciente demanda durante la pandemia de Corona también facilitó la recaudación de fondos para el inicio. La investigación sobre HelloMasks fue financiada inicialmente por cerca de una docena de organizaciones sin fines de lucro y luego por una subvención de Innosuisse. Si bien las máscaras se venderán primero a la comunidad médica (los dentistas también han expresado interés), eventualmente se comercializarán al público en general.
Fuente: Bioeconomia.info - Emiliano Huergo