El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, afirmó este miércoles que en medio de la pandemia de coronavirus se pudo “sostener ordenadamente” la cadena productiva y comercial de la carne vacuna, y precisó que en el primer semestre “la faena logró aumentarse en 280.000 cabezas; la producción creció 4% y las exportaciones se incrementaron un 20%”.
Basterra destacó las buenas perspectivas del sector para atender la creciente demanda de China, la Unión Europea y Estados Unidos, y remarcó el apoyo del Gobierno nacional a este “sector clave para la economía y la equidad territorial” en el marco del “proceso adaptativo a los nuevos tiempos”, al inaugurar un seminario virtual internacional organizado por el IPCVA (Instituto para la Promoción de la Carne Vacuna).
En el mismo espacio, Germán Manzano, titular de Cofrigo SRL, uno de los principales frigoríficos exportadores del país, aseguró que la producción de carne vacuna con hueso podría aumentar en un millón de toneladas de forma paulatina durante el próximo decenio, de las cuales 800.000 se destinarían a mercados externos.
Basterra resaltó que la Argentina ocupa el sexto lugar como productor mundial
de carne vacuna, el quinto puesto como exportador y abastece al 7% de la demanda
global.
El ministro reseñó que China viene incrementando su demanda del producto y
absorbe el 29% de las importaciones mundiales, frente a 10% de hace cinco años.
El país asiático representa hoy más de 80% del destino de las exportaciones argentinas del producto, precisó.
Argentina es el segundo proveedor de China detrás de Brasil y por delante de Australia, y en los primeros cinco meses de 2020 los envíos locales crecieron 31%, detalló.
En tanto, las exportaciones a la Unión Europea, el segundo destino de las carnes argentinas, y cayeron 21% en el periodo enero-mayo, pero ese mercado está “en franca recuperación”, mientras la cobertura de la cuota Hilton (cortes de alta calidad) “se cumple en un 95%”, lo que muestra las mejores expectativas, resaltó.
El mercado de Estados Unidos, al que el país volvió después de 18 años y tras marcar una baja participación en 2019, presenta en 2020 un crecimiento exponencial, con una demanda para nichos específicos de alto valor, como las carnes magras que reducen el contenido de grasas en la elaboración de hamburguesas.
Basterra reseñó que en 2019 la Argentina exportó a EEUU por US$ 11 millones y
subutilizó el contingente arancelario de 20.000 toneladas, mientras este año,
hasta mayo, los envíos sumaron US$ 24,5 millones.
“Es auspicioso ver cómo se viene recuperando la demanda y el Estado trabaja
para que no se interrumpa la producción y el comercio de carnes”
Durante el encuentro también disertaron Karsten Maier, secretario general de la Asociación de Importadores de Carne de la Unión Europea; Michelle Hu, secretaria general adjunta de la China Meat Association; Katelyne McCullock, economista de Livestock Marketing Information Service, y el empresario Manzano, quien juzgó “razonablemente sustentable” añadir un millón de toneladas de carne al volumen histórico cercano a los 3 millones,
Manzano indicó que con una proyección de 49 millones de habitantes en 2030 y un nivel de consumo per cápita similar al actual -de 50 kilos anuales-, la demanda interna crecería en 200.000 toneladas, mientras podrían duplicarse en ese año las exportaciones récord de 2019.
El empresario destacó las perspectivas de la actividad a partir de mejoras del nivel de ingresos y el poder adquisitivo de los consumidores locales y externos, aún ante “la promoción de vegetales en reemplazo de la carne; la campaña despiadada, con datos parciales y segados, contra la ganadería vacuna; y la carne artificial de laboratorio”.
Manzano dijo que en un marco de sostenibilidad agroambiental, se puede proyectar para próxima década un mayor volumen de producción por mejoras del bajo peso de faena de animales livianos para consumo interno; aumento de 10% del destete de terneros (hoy muy inferior al nivel de Australia), y planteos de pasturas y verdeos mejorados.
Además, anticipó que “habrá que elegir algo intermedio entre la exportación de commodities o de productos premium, para competir en un caso con India y Brasil, y en el otro con Estados Unidos y Australia”.
La demanda provendría en el primer caso de China, el Medio Oriente y Rusia, y de fábricas o mercados callejeros; o en el segundo, de grandes grandes ciudades, destinos turísticos, hoteles, restaurantes y supermercados.