Sin embargo, en América Latina, las granjas verticales de interior parecen no encontrar su lugar en un continente pensado en términos de su abundante suelo fértil y luz solar. ¿Por qué pagar por la luz artificial o tecnología de automatización en interiores cuando el sol es gratis y la mano de obra y la tierra son todavía baratas?
Hay signos tempranos de un despertar de la agricultura vertical
latinoamericana en Chile, donde AgroUrbana acaba de cerrar una ronda de capital
semilla de U$S 1 millón, elevando su capital total a U$S 1,5 millones. La
startup ha creado la primera granja vertical de Sudamérica, según informa la
Asociación para la Agricultura Vertical.
Liderando la ronda con una contribución del 33% del efectivo estuvo el Fondo de Inversión Privada CLIN administrado por Chile Global Ventures, el brazo de capital de riesgo de Fundación Chile, una iniciativa público-privada para la innovación y la sostenibilidad en el país. El financiamiento de apoyo también provino de CORFO, la agencia de desarrollo económico de Chile, e inversionistas privados.
Los fondos serán destinados a la construcción de una instalación piloto de
280 metros cuadrados en los suburbios de Santiago, donde se están realizando las
pruebas con cultivos hidropónicos y luces LED alimentadas con energía renovable.
Allí se cultivan frutas y verduras de hojas verdes.
Según indicaron desde la compañía que el cierre de restaurantes provocados por el Covid-19 los hizo enfocarse en el comercio electrónico y las ventas directas al consumidor. A futuro, los dueños planean ampliar las instalación a 3 mil metros cuadrados, para lo cual especulan que pueda ser financiada con fondos de nuevas rondas de capitalización antes de fin de este año. El diseño y la producción dependerán de los resultados de sus pruebas piloto.
AgroUrbana está explorando tres opciones para la energía solar en el futuro: establecer un acuerdo de compra de energía, en el que compran energía renovable a una planta existente; financiar una planta de energía que luego les venderá energía; o construir su propia granja solar. Pero reconocen que cuanto más grande es la instalación, menos factible es tener energía solar in-situ.
Fuente: Bioeconomia.info - Emiliano Huergo