El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, brindó una conferencia virtual para más de 450 personas de varios países iberoamericanos, organizada por Fundación Libertad, en la cual explicó cómo logró combatir, hasta el momento, con éxito el coronavirus sin decretar una cuarentena obligatoria, como en el caso de Argentina.
“Desde un principio tuve claro que no iba a decretar la cuarentena obligatoria, pese a la presión muy fuerte. Iba contra todo lo que yo creo, que es la libertad del individuo”, subrayó el mandatario del vecino país. Sin embargo, aclaró: “Si hay un éxito relativo hasta el momento, no es por la inspiración ideológica o la esencia de un presidente, sino que el uruguayo entendió y aplicó su libertad responsable como yo pocas veces vi”.
En ese sentido, el presidente señaló que durante estos meses hubo un estricto autocontrol y censura popular a aquellas personas que no llevaban adelante los cuidados pertinentes, por lo que remarcó que “en nuestro país se ha aplicado la libertad más pura, cruda y linda”, y añadió que “en los 1.700 días que me quedan de gobierno (esa libertad) va a ser un faro que va a dejar un pueblo que va a ser mucho más propietario de su destino”.
Lacalle Pou consideró que a partir de esta “libertad responsable” que rigió sin obligatoriedades por parte de un gobierno generó un “empoderamiento en los ciudadanos que va a hacer que a los gobernantes nos tengan muchos más cercanos en el contralor”.
Para el mandatario, el Ejecutivo uruguayo encontró en esta pandemia un “fino
equilibrio de sintonía” con sus gobernados, lo que llevó a lograr “una cohesión
nacional”, que, según sostuvo, “nos abre una preciosa oportunidad para recuperar
la confianza social, aquello de la buena fe entre las partes, y no creer que las
relaciones humanas están signadas por aquella maldición de Hobbes, que el hombre
es el lobo del hombre”.
En Uruguay, ya volvió a trabajar la construcción, retornaron progresivamente las clases, los equipos de fútbol reanudaron sus entrenamientos y la reactivación del fútbol es inminente, así como también los espectáculos públicos. Pese a que Lacalle Pou habló de un rebrote de casos de covid-19 en el departamento de Treinta y Tres, 250 kilómetros al oeste de Montevideo, recalcó que ya “hay una vida social que se empieza a llevar adelante con ciertos parámetros de esta libertad responsable”.
El presidente manifestó que “hay una falsa dicotomía entre la salud y economía”, y agregó a la discusión la salud mental, porque, indicó, “hay enfermedades cada vez más presentes que se deben a estados mentales y que después tienen derivaciones fisiológicas, que también estaban en juego”.
“Lo acertado fue un abordaje de tres perillas: sanitaria, social y económica. Al principio, la más grande fue la de la salud, pero la regulábamos con la económica y la social. Era indispensable sintonizar las tres”, explicó.
En una primera etapa, relató que desde el gobierno uruguayo se estimuló el trabajo, con préstamos a las pymes, mediante una garantía de 2.500 millones de dólares, porque, dijo, “con dos meses de no poder seguir su ciclo económico se caía”. Ahora, apuntó, “pasamos a otra fase que es sostener a la economía grande”, ante lo que señaló que decidieron promocionar con subsidios la generación de empleos, alentando a las empresas para que vuelvan a contratar a las personas que habían enviado a lo que en Uruguay se denomina “seguro de paro”.
En el medio, por supuesto, surgieron polémicas; entre ellas, Lacalle Pou admitió haber tenido “una presión muy fuerte” para aumentar los impuestos al patrimonio, tal como surgió en Argentina desde filas vinculadas al Kirchnerismo o incluso que el gobierno se quede con acciones de las empresas que habían recibido subsidios.
En Uruguay, la concepción ante este avance tributario sobre el sector privado tuvo mayor sensatez: “Yo me negué rotundamente porque si castigamos al que emprende, al que da laburo, al que innova, al que comercia, van a quedar a la vera del camino. Ellos son los que van a empujar la salida del país”, afirmó Lacalle e incluso acotó: “La contracara de ello fue un impuesto del 20% del salario al presidente de la República, a sus ministros, a senadores, diputados y funcionarios que ganaran más de 1.900 dólares durante dos meses. Quisimos dar la señal de que era el Estado el que tenía que hacer el esfuerzo, no los particulares. Porque, terminado esto, no es el Estado el que saca adelante a la población (…) Que la política sea una forma de facilitar, no un obstáculo”.
RELACIONES BILATERALES
Consultado sobre las relaciones entre Uruguay y Argentina a partir del cambio de gobierno en ambas naciones, Lacalle Pou contó que esta semana llamó al presidente Alberto Fernández para impulsar políticas que estimulen la navegación del Río Uruguay, “que está totalmente desaprovechado y tiene mucho para darle a Argentina y a Uruguay”, opinó.
“Allí tenemos que trabajar fuertemente. El aislacionismo no cabe en el mundo moderno, el proteccionismo a ultranza va a caer por su propio peso, porque no hay fronteras legales que frenen al ser humano. O los ayudamos o vamos a fracasar en el intento. Por eso, con Argentina, Brasil y Paraguay tenemos una preciosa oportunidad”, concluyó el primer mandatario uruguayo.
Fuente: ON24