Como puede verse en el mapa de anomalías, toda la zona núcleo triguera del centro quedó atrapada por un destacado desvío negativo de las precipitaciones. En términos de volumen, estamos hablando de al menos treinta milímetros de lluvia que no estuvieron. Esto parece una medida menor, pero sólo lo es para sectores que venían bien calzados de reservas desde el mes de abril. Para las zonas más secas, esta ausencia puede llegar a cambiar decisiones y en el peor de los casos jugar en contra de lotes implantados con poca humedad.
Sobre el extremo sudeste de BA, aparece una anomalía positiva que se consume rápidamente al desplazarnos hacia el interior de la provincia. Gran parte del sur bonaerense, sin embargo, tiene reservas suficientes como para no sentir el impacto de la ausencia de estas precipitaciones.
En gran parte del centro norte de la Mesopotamia, se lograron valores normales o abundantes de lluvia, aunque se aprecia el noreste correntino incorporado a la escases del NEA y como dijimos, el sur de ER, acoplado a la zona núcleo.
Es muy buena la performance pluvial del norte de la Patagonia, la cual no logró reflejarse con buenos milimetrajes sobre la cordillera central de esta región. Como dato de color, muy inusual, el entorno de la ciudad de Ushuaia quedó con lluvias escasas.
TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Durante el transcurso del mes de mayo se ha insinuado un ligero enfriamiento en la zona central del Pacífico Ecuatorial. Este enfriamiento no es suficiente como para sacar al indicador ENSO de su posición de neutralidad. Por lo pronto, todos los modelos que proyectan el estado de este indicador para el trimestre frío mantienen la neutralidad como. Sin embargo, habrá que monitorear si este incipiente enfriamiento se vuelve persistente y gana consistencia durante la primavera. Entendemos que la chance de que esto suceda es baja, pero de todas maneras es importante tener el mayor grado de certeza lo antes posible sobre el comportamiento de este forzante para el último trimestre del año. Esto quedará resuelto hacia finales de agosto.
Los océanos que rodean el sur de Sudamérica presentan apartamientos positivos en las temperaturas superficiales. Este es un factor, que sin ser definitivo, suma a favor de mitigar los enfriamientos que puedan llegar desde el Pacífico o el Atlántico sur, quedando las irrupciones de aire polar como las más complicadas a la hora de promover enfriamientos rigurosos. Si esta condición oceánica se mantiene, la tendencia térmica del invierno puede moverse hacia registros que superen los valores normales.
En esta época del año los vientos del noreste que movilizan la masas de aire húmedo hacia la región pampeana, comienzan a perder persistencia y se limitan a transitar sobre el sur de Brasil, la el centro norte de la Mesopotamia y el norte de Uruguay.
Para la región pampeana, las lluvias de invierno por lo general llegan con aportes de vientos del este o del sudeste. Con estos vientos, el este y la zona central del norte bonaerense, buena parte del este y sur de ER y el sudeste de SF, son las zonas con mejores chances de recibir precipitaciones. Dado que la influencia y el aporte de aire húmedo de estos vientos es marcadamente inferior al que promueve la circulación del noreste, evidentemente la oferta de agua se resiente significativamente sobre zonas mediterráneas.
Bajo estas circunstancias, las zonas del oeste que hoy están con un nivel hídrico muy ajustado, dependen básicamente de una anomalía de circulación. Es decir, debería aparecer un persistente período con vientos del noreste. La chance de que esto se concrete durante el trimestre fría es muy baja, no se puede descartar, pero realmente y atendiendo lo que paso durante el mes de mayo, es difícil que se imponga una situación que promueva precipitaciones destacadas para zonas del oeste. Dentro de toda la franja oeste del país, el sudoeste de BA es el que mejor puede posicionarse para recibir algunas lluvias de mantenimiento para los cultivares recientemente implantados con trigo o los verdeos.
Salvando zonas del centro norte de la Mesopotamia, se mantiene una perspectiva para el trimestre frío con lluvias por debajo de los valores normales. Si bien ingresamos en un momento donde las reservas de humedad tienden a conservarse y que pocos milímetros hacen diferencia, habrá que hacer manejos agronómicos muy certeros para no correr riesgos innecesarios en zonas mediterráneas. No se esperan aportes pluviales significativos en áreas del oeste donde no hay humedad superficial. Este patrón posiblemente sea persistente durante gran parte del invierno. Potencialmente esto puede afectar el área de siembra que estaba planificada. En este sentido el sur bonaerense esta mejor posicionado y tiene mejores chances de aportar su cuota completa para la fina.