Por otro lado, los problemas de almacenamiento de combustibles no están mejorando en el corto plazo. Si bien hay cierto nivel de optimismo hacia la lenta apertura de algunos Estados, esta secuencia no compensará la destrucción de la demanda observada en las principales áreas urbanas que no se están abriendo a la brevedad.
Por su parte, crece la preocupación por el abastecimiento de productos cárnicos en USA. Debido a la pandemia, varios frigoríficos y granjas han cerrado o están trabajando con bajo personal. Los procesadores han sacrificado 43% menos de cerdos y 38% menos de reses si se compara previo a la pandemia y esto podría traer problemas serios en la cadena. La Administración del presidente Trump tiene la intención de firmar una orden ejecutiva para ordenar que las plantas de procesamiento de carne permanezcan abiertas. Se supone que además debe brindar orientación a las plantas para minimizar los riesgos para los trabajadores. Todo eso está muy bien, pero es difícil inspirar a alguien a trabajar cuando se teme a enfermarse y en ese sentido volvemos a la misma dicotomía, salir y trabajar con riesgo a enfermarse o efecto derrumbe en la economía en general.
El trigo, desvinculado del componente energético, sigue su rumbo en medio de un ecosistema complicado. Las condiciones de los trigos de invierno de USA volvieron a caer y la escasez de lluvia en Mar Negro y Europa podrían ser alarmantes, aunque los pronósticos de las próximas semanas muestran algunas mejoras. Volviendo a USA, el trigo de primavera quiere ganarle algunos acres al maíz en los Estados del Norte, no creemos que sea significativo, pero al mercado le va a gustar hablar de eso.
Y con todo esto los precios llegan a la conclusión de que la demanda no está
mejorando desde el lado de los combustibles o cárnicos, y eso tiene que suceder
para tener alguna posibilidad de rebote. Y cuando este llegue, seguramente lo
vamos a saber explicar muy bien, después de que suceda, acomodando la narrativa,
obviamente.
Por Celina Mesquida – RJO’Brien - Docente de Agroeducación