Relevar lo que ocurre en los lotes y entender el comportamiento de los productores frente a las dificultades que presenta la agricultura actual es, sin dudas, el principal objetivo que persigue el trabajo que RAVIT (Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica) viene llevando a cabo con el apoyo de UPL Argentina y la participación de 50 productores en el norte de Córdoba.
Del último relevamiento de malezas realizado esta campaña en las 2 millones de hectáreas que componen el área de estudio surge que el complejo de malezas de hoja ancha sigue liderando la preocupación de los productores. Crecen las gramíneas, en especial Sorghum halepense, cuyo manejo se está complejizando año a año a raíz de las resistencias que viene desarrollando la especie. Y entre las malezas otoño primaverales se destaca la frecuencia de Sonchus oleraceus -que aumentó en las últimas campañas- y la dificultad de control que presenta Senecio spp.
Al comparar los datos con los de la campaña anterior, nuevamente las malezas
que lideran la región en frecuencia son Amaranthus spp y Sorghum halepense,
ambas de difícil control para el productor. A estas se suma el complejo de las
clorídeas. Y se destaca Conyza spp, que aunque se pensaba controlada continúa
apareciendo entre las más frecuentes.
Del estudio surge cómo la dificultad de control percibida por los productores se
asocia a malezas con un comportamiento perenne cuya frecuencia en los lotes es
moderada. Tal el caso de Borreria spp, Commelina erecta, Gomphrena spp y
Pappophorum spp.
Una de las respuestas aparece al cruzar este grado de percepción de los productores con el uso que se hace de los herbicidas. Aún luego de conocerse la resistencia y tolerancia por parte de muchas de las malezas nombradas, el modo de acción más utilizado sigue siendo el inhibidor de la EPSPS (Glifosato) perteneciente al grupo G. A este le sigue el modo de acción perteneciente a las auxinas sintéticas O (hormonales), muy utilizado para el control de Conyza spp junto con los inhibidores del fotosistema II C. En tanto, la familia de las Triazinas (atrazina) es el tercer producto más nombrado. Por último, el cuarto modo de acción más utilizado corresponde a los inhibidores de la ACCasa (graminicidas).
Estos cuatro modos de acción representan el 62,5% de los productos más mencionados por los productores entrevistados y se puede ver una relación entre este dato con las cuatro malezas de mayor dificultad de control en donde la eficacia es nula a muy baja.
A su vez, vale la pena considerar que la dificultad para el control de malezas aumenta en zonas de fechas de siembra más tardías y con mayor participación de maíz sembrado de fines de diciembre a enero. Esto se debe a que el lote permanece con el cultivo durante el período de emergencia de todo el grupo de malezas. En estos casos, sin la utilización de herbicidas residuales, las especies se desarrollan libremente complicando su control en estadios avanzados.
Al relacionar la influencia del ambiente en esta campaña hay que tener en cuenta que la marcada sequía ocurrida entre inicios del invierno hacia primavera verano afectó el manejo de las malezas dilatando los controles e impidiendo la aplicación oportuna de los herbicidas.
Las más problemáticas para cada zona
En el extremo norte de la región surge que las malezas que manifiestan mayor presencia y dificultad de manejo son Commelina erecta, Conyza spp, Eleusine indica, Sorghum halepense y Amaranthus spp. Esto puede estar asociado a la distribución de los cultivos en la zona y las épocas de aplicación de los productos según las rotaciones realizadas.
Más hacia el sur, y en la zona centro-este del área, lidera Conyza spp seguida de Sorghum halepense. En este caso Commelina erecta pierde relevancia frente a malezas con mayor frecuencia como Conyza spp, Amaranthus spp y Sorghum Halepense. Hacia el lado oeste de esta región, Conyza spp lidera seguida del grupo de las clorídeas, y le sigue Borreria spp. Por último, para las zonas más sureñas del área lidera Amaranthus spp seguido de Conyza spp, y toma relevancia Sorghum halepense.