A continuación, la desgrabación de sus principales conceptos:
Quiero preguntarle, señor Presidente: ¿Por qué no va a fondo contra los chorros y oportunistas? El domingo pasado Alberto Fernández vio La Cornisa, por LN+. Lo sabemos porque alguien muy cercano a él nos dijo que le había parecido injusto el título de nuestro editorial: "Las preguntas que el Presidente no puede responder". También sabemos que lo vio, porque, apenas finalizó, llamó a Mario Negri -a quien habíamos terminado de entrevistar- y lo invitó a interrumpir su cuarentena para tomar un café en la quinta de Olivos.
Nos halaga que el Presidente use parte de su valioso tiempo en mirar el programa. Y, por supuesto, tiene todo el derecho a criticar su contenido. Y también a su conductor. El Presidente afirma que es injusto decir que hay preguntas que no puede responder. Sostiene que hasta ahora respondió a todas. Incluso, dice, a las más "patéticas", como las que cree que a veces formulan algunos periodistas, incluido este periodista. Quizá tenga razón. Mejor para nosotros. Porque seguimos teniendo varias para hacerle. Preguntas y repreguntas que quizá no pudieron, no quisieron o no tuvieron tiempo de hacerle en lo últimos reportajes que concedió.
En especial, una: ¿Por qué no va a fondo con el caso de los sobreprecios de los alimentos? ¿Por qué no ordena la apertura de una investigación judicial, aparta a todos los involucrados, y deja de justificar a los funcionarios, como si los responsables exclusivos del escándalo fueran los empresarios?
Hoy en La Cornisa, en el programa de día domingo 12 de abril, vamos a demostrar, señor Presidente, que lo de los sobreprecios que Diego Cabot destapó, no fueron hechos aislados. Que son parte de sistema de corrupción al que a partir de ahora denominaremos "El cartel del club de la alimentación". Un sistema al que no parece exagerado compararlo, por ejemplo, con el de la cartelización de la obra pública. Un sistema parecido al que se mostró en la megacausa denominada Los Cuadernos de la Corrupción. Un sistema que no solo abarca al ministerio de Desarrollo Social sino a muchas otras dependencias oficiales.
Tendrá oportunidad de comprobarlo enseguida, Señor Presidente, cuando la abogada experta en asuntos de corrupción, Silvina Martínez presente el anticipo de la ampliación de denuncia revelando nuevas compras con sobreprecios en otros productos, como: fideos en la que una vez más aparece Sol Ganadera SRL; harina, ofrecida al Estado por una empresa cuyo objeto no es la venta de comida sino la de telas mayoristas desde un local de Once; choclos en lata, que serían los más caros del mundo. Allí aparece una empresa cuyo nombre genera suspicacias. Se llama "Nomerobo" ("Nomerobo" forma parte del grupo Copacabana, también implicado en las primeras denuncias).
Recomiendo al Presidente, y a vos, que se detengan a mirar la presentación de un nuevo caso. Es desopilante. Demostraría que no solo al coronavirus sino también al dengue se lo combate con compras que contienen sobreprecios.
Señor Presidente: sabemos que usted se enoja cuando interpreta que hay trolls de la oposición que lo maltratan. Por eso debería comprender a Diego Cabot, cuando se enoja con "los otros" trolls. Los que, para defenderlo a usted, lo insultan él. Por eso, cuando Cabot escribe en su cuenta de Twitter: "El gobierno compró alimentos. Pagó precios superiores a los máximos. El ministro lo reconoció, está publicado en el Boletín Oficial y en precios máximos. Pero el hdp soy yo que lo cuento". Usted, Presidente, no debería tomar la denuncia por sobreprecios como un ataque, sino como un favor.
Porque los periodistas que mostramos la corrupción, lo estamos ayudando a sacarse de encima a los chorros, los mafiosos y los aprovechadores que lucran con el hambre en el medio de la pandemia. Y en su gobierno, loteado por necesidad, hay muchos de esos canallas.
Usted lo sabe. Que esté ocupado con el tema más urgente, es otra cosa. Y ya que hablamos de coronavirus, aprovechemos para insistir con la idea: nos pareció muy correcta su decisión de disponer el aislamiento social obligatorio. Nos sigue pareciendo bien que haya decidido ampliarlo hasta el 26 de abril.
Pero hablando de canallas. Ahora quiero hablarte a vos, que estás del otro lado. ¿Viste el video de Amado Boudou, festejando su salida de prisión, después de que el juez Daniel Obligado, al parecer, muy amigo de Aníbal Fernández, se diera vuelta como una media y rectificara el fallo de diez días atrás? A mí me sacó de quicio. Traté de que no, pero me sacó igual. ¿Pero no debería indignar también al Presidente, que un tipo con condena firme, acusado de afanarse la máquina de hacer billetes, que truchó su dirección fiscal para no pagarle la mitad del auto a su exesposa, use la bandera de los derechos humanos para presentarse como un preso político?
Durante toda la semana, en nuestras redes, nos hicieron dos preguntas recurrentes. Una: si el Presidente, en los próximos días, nos concedería una entrevista. Dos: si una respuesta positiva condicionaría la postura de La Cornisa y de Mirá. Aprovecho para responder por acá. Sobre el reportaje: soy optimista y espero que sí. Sobre el supuesto condicionamiento, te lo dijimos el domingo pasado. Lo repetimos ahora: con pandemia o sin pandemia, nada ni nadie nos hará callar.