Con esta medida de fuerza, eleva su reclamo en contra del incremento de tres puntos porcentuales en las retenciones por exportación a la soja, que pasó a 33% y que implica un alza de más de ocho puntos en los últimos tres meses, ya que en diciembre el Gobierno las aumentó de 24,7% a 30%.
“Nos veremos en las rutas”, anunció Confederaciones Rurales Argentinas (CRA)
al convocar el paro ante el resto de las entidades que conforman el bloque
rural, que luego confirmaron su adhesión a la medida de fuerza. La misma se
realizará desde el lunes hasta el jueves de la semana que viene.
“Hay una disconformidad con el aumento en las retenciones. Las bases están muy disconformes, se sienten desprotegidas y hay un problema de desconfianza muy grande. En atención a tanto descontento se ha decretado este cese de comercialización”, argumentó Carlos Iannizzotto, presidente de Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).
Sin embargo, el directivo agrario remarcó: “Es muy importante destacar que es una medida por una cuestión interna del sector, que no peligra la paz social ni mucho menos el diálogo”. A la vez, expresó que fue el sector ganadero para que tampoco realice su comercialización. Por otra parte, descartó que habrá “tractorazo” ni corte de rutas, porque “no es oportuno”.
“Yo le quitaría dramatismo al cese de comercialización. Es una medida de protesta, pero esto no va a afectar por parte de Coninagro seguir vinculando a nuestras autoridades provinciales y nacionales para buscar alternativas vinculadas a la financiación, logística, etcétera”, concluyó Iannizzotto.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel
Pelegrina, afirmó que el cese de comercialización no provocará aumento de
precios ni desabastecimiento y argumentó que esta medida se debe a que “los
productores no están en condiciones de seguir asumiendo más carga tributaria,
que se suma a una presión impositiva ya de por sí asfixiante”.
“Esta presión creciente no sólo afecta nuestra realidad económica, sino también la de la ruralidad en su conjunto comprometiendo seriamente la actividad de pueblos y ciudades del interior, poniendo en jaque a innumerables pyme agropecuarias, comerciales e industriales de todo el país y destruyendo empleo directo e indirecto”, afirmó Pelegrina.
“Los productores queremos producir más para beneficio de todos los argentinos”, aseguró el dirigente, que sostuvo que la medida de fuerza “es, simplemente, una manera que tiene el campo para hacerse escuchar en forma efectiva”.
“Estamos convencidos de que la interacción entre el sector público y el privado es la única manera de encontrar la solución a los problemas que nos afectan a todos. En ese sentido, nos sorprende la posición del Gobierno que, según ha trascendido, suspendería el diálogo con la Comisión de Enlace”, agregó.
Innecesario
Con su implementación, el Gobierno generó un nuevo conflicto con este sector, lo que era previsible y había sido anunciado por los ruralistas. La suba de retenciones va precisamente en el camino contrario al esperado por el sector, que justamente estaba pidiendo una reducción en las retenciones de sus exportaciones.
La medida del Gobierno genera más perjuicio a la actividad agrícola a cambio
de beneficios recaudatorios extra muy bajos o nulos. “Ya negociamos, pero ellos
quieren ganar siempre”, afirmó el presidente Alberto Fernández, que anticipó
que, pese al paro, no reabrirá las negociaciones con la Mesa de Enlace.
“¿Y si el ajuste empieza por casa?”, le replicó esta semana al Gobierno la Sociedad Rural de Jesús María, que cuestionó la posición del Ejecutivo de continuar pidiéndole al sector un esfuerzo “solidario” mientras el poder político sigue sin achicar sus gastos.
La entidad propone que el Gobierno realice una serie de reducciones en sus gastos, con el cual llegaría a un ahorro de US$ 1.200 millones, que representa casi el triple de la recaudación extra que se logrará con este incremento de retenciones, que según estimaciones se ubicaría apenas por encima de los US$ 400 millones.
“Nuestro sector es oportunidad de crecimiento, no caja para el ajuste”, apuntó la entidad. “Una vez más, nos piden ser solidarios cuando venimos contribuyendo por encima de otros sectores desde 2002 en adelante”, afirmó.
Fuente: El Economista