Cuando de localidades como Gancedo en Chaco o Quimilí en SdE, llegaban datos que superaban los 300 milímetros al cabo de menos de veinticuatro horas, lo primero que se esperaba era una corrección por parte de la fuente emisora. Sin embargo con el correr de las horas los datos se confirmaban y las noticias de anegamientos e inundaciones en la zona comenzaban a circular como lógica consecuencia de un evento pluvial desproporcionado. De más está decir que la zona no cuenta con infraestructura suficiente como para lidiar con desvíos pluviales menos nocivos, imposible pretender que las comunidades de la región puedan lograr superar sin consecuencias devastadoras esta intensidad de precipitación. Transcurrida casi una semana y con algunas lluvias menores que dejó el último pasaje frontal, la zona ya suma más de cuatrocientos milímetros, registro que casi triplica la valor medio del mes de febrero.

En el mapa queda representado el máximo que afectó la zona limítrofe entre SdE, noroeste de SF y sudoeste de Chaco. La zona de mayor impacto se destaca con un círculo amarillo. Allí las lluvias superaron los 300 milímetros, sin embargo no quedan representadas debido a que la zona no cuenta con registros oficiales del SMN o INTA.

Si bien a lo largo del mes se han observado acumulados que en escala reducida también son significativos, la gravedad del evento del viernes pasado es la intensidad de la lluvia, es decir la cantidad de agua caída en tan corto intervalo de tiempo. La zona se caracteriza por tener inconvenientes en el manejo de exceso hídricos y por lo tanto, es obvio el impacto que los mismos tienen sobre las explotaciones agrícolas.

Haciendo un análisis de mayor escala, gran parte del NOA ha recibido lluvias muy significativas durante lo que va de febrero. Las mismas han logrado descender por territorio cordobés hacia el oeste de la zona núcleo de manera muy conveniente, en muchos sectores garantizando el cierre de campaña tanto para los maíces como para los cultivares de soja.

Como puede apreciarse, el centro sur entrerriano un sector del centro este de SF y pare del centro y noreste de BA, no han sido bien provistos en lo que va de febrero. En estos sectores podrí haber una señal negativa en los rindes, principalmente porque no se avizoran nuevas precipitaciones en el corto plazo y este último tramo de febrero debería transitarse con la disponibilidad de humedad con que se cuenta o con alguna mejora ocasional sobre el final de la semana próxima.

A pesar de la dispersión de los milimetrajes, desde mediados de diciembre las lluvias han venido abasteciendo de manera favorable a gran parte de la zona productiva del país. Si bien no se puede aspirar al nivel de producción de la campaña pasada, es razonable esperar rendimientos cercanos a los normales, con áreas que en el oeste de la zona núcleo pueden mostrar desvíos positivos.