Es el trabajo del productor de todo un año. Aún hay bodegas que no han liquidado la producción del año pasado.
Desde la Sociedad Rural del Valle de Uco y CRA expresamos que debido a la urgencia que tienen los productores de vid de toda la región, desde hace casi dos años, venimos desarrollando un trabajo para lograr generar una pizarra de precios de nuestra producción.
Nos han visitado economistas, referentes de otras economías regionales, y hasta hemos trabajado en conjunto con la Universidad Nacional de Cuyo, en busca de tener una herramienta que nos defienda ante la posición dominante de la industria.
Consideramos que nuestra actividad productiva se ordena a través del precio. Venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo que lo que organiza la actividad productiva es EL PRECIO. Toda transacción comercial esta disparada y ordenada en su fin cuando sabemos cuánto puede valer en el mercado nuestro producto. Este mercado se construye, no nace en forma espontánea, y tras considerar diversas variables podremos construir a futuro una pizarra de referencia.
Nuestros productores no solamente están trabajando con rentabilidad negativa, sino que además, si bien existe un contrato obligatorio con las bodegas que estipula el precio y la forma de pago antes de entregar la uva, aún con esta herramienta no tenemos modelo de contrato en donde estén estas variables bien claras y en donde esté especificado una sanción por no cumplir el precio.
Los productores para poder defendernos necesitamos tener un espacio en el
contrato en donde se sugiera un precio sustentable. Como esto no sucede, y por
su posición dominante, hoy las bodegas están haciendo un acto de piratería con
el trabajo del productor.
Costos y lo que se cobra por una botella exportada
Somos productores del Valle de Uco y somos conscientes de nuestra uva. En otras zonas de Mendoza se produce otro tipo de uva, utilizadas para otros productos. La mayoría de nuestras fincas tienen uvas de calidad, que sumado al clima natural de esta zona que produce uvas de alto nivel, son fincas que han sido reconvertidas.
Una botella de 750 cm cúbicos de Malbec de altura, con 12,8 grados y 1.200 de color, de una finca de 80 quintales del Valle de Uco, costó en un puerto de China, hace 10 días, U$S 3,50. Cuando decimos que el kilo de varietal debe valer 1 dólar, no estamos expresando un deseo, estamos diciendo lo que le corresponde al productor.
Tenemos otro camino: para hacer una hectárea de 80 quintales de Malbec de altura, para obtener esa calidad que se paga a U$S 3,5, necesitamos: $219.870 de costos operativos por hectárea, $ 109.135 de impuestos, ambos costos suman más de 300 mil pesos de cotos por hectárea.
Dado que el mercado del vino estaría considerando que del total del precio un tercio sería para el productor, un tercio para la bodega, y un tercio para la logística y comercialización, consideramos lo siguiente:
Si la uva se pagara a un dólar oficial, (63 pesos) deberíamos tener una venta en bruto de $504.000, restándole los más de 300.000 de gastos y presión impositiva nos queda por hectárea $183.195. Si a esto le restamos los gastos varios que tenemos más la inflación que soporta el productor, debemos restarle 25% más de gastos. Recibimos $137.000 por hectárea. Si tomamos 10 hectáreas tipo del Valle de Uco, tenemos más de un millón de pesos de rentabilidad en un año.
Aproximadamente $114.000 por mes. Es el sueldo que tendría un productor, dueño de una finca que se encuentra en las mejores tierras del Valle de Uco para este cultivo, sosteniendo una familia después de años de inversión y sacrificio. Y por sobre todas las cosas, habiendo tenido una buena cosecha, algo que muchas veces no sucede.
Sin embargo lo enunciado está muy lejos de la realidad: el gasto es el mismo (más de $320.000) pero la bodega paga en promedio $15.6 el kilo de uva a $ 23; esto nos da $124.800. Es decir que si restamos costo operativo y presión impositiva, tenemos una renta negativa de $195.285 o $145.000 según el precio que se tome. Para peor, hay productores que aún no cobran la totalidad de lo que entregó el año anterior.
Consideramos de suma gravedad esta situación, dado que el 65% de las viñas del Valle de Uco están en el rango de 0 a 25 hectáreas.
Necesitamos con urgencia ser escuchados, y que comience a regularse las transacciones del productor de uva con las bodegas. Somos rehenes de la posición dominante de la industria, el productor no puede dejar la uva en la planta, tampoco seguir produciendo en esas condiciones.