PERSISTENCIA NEGATIVA
Cuando el invierno aun mostraba señales fuertes de su presencia a principios de septiembre, se perfilaba que el inicio de las precipitaciones del semestre cálido podría atrasarse. Con el correr del trimestre de primavera, esta insinuación se fue validando y aun con temporarias mejoras, en algunos casos muy oportunas a la hora de mitigar la mala performance que acechaba la fina, llegamos a finales de noviembre con acumulados magros, que no lograron satisfacer el piso que demandan las estadísticas y como decíamos, pone mucha presión sobre el trimestre de verano.
Como puede observarse en el mapa de categorías de lluvia del trimestre Septiembre Noviembre, es muy extendida la zona donde las precipitaciones quedaron por debajo de los valores normales. Solo en la zona de influencia de Junín y algunas localidades cercanas vecinas, en octubre se observaron lluvias tan generosas que permitieron acercar el acumulado del trimestre a su valor normal o incluso superarlo.
Septiembre solo se mostró con buenas lluvias sobre ER, centro norte de SF y sudeste de SdE, incluso con sobreabundancia de agua sobre el norte entrerriano.
Se esperaba una recuperación con mayor certeza para el mes de Octubre, pero la misma tampoco llego en forma generalizada. Se observaron mejoras más consistentes sobre la franja este del país, pero no hubo buenas noticias para la franja mediterránea y el trigo en floración pagó la mala performance pluvial. Durante este mes aparecieron algunas precipitaciones que permitieron avanzar con las siembras durante la segunda quincena, pero no se produjeron las recargas a nivel profundo del perfil, que es esperable lograr con el aumento de las precipitaciones de este mes.
Con noviembre, llegaron mejores lluvias para la franja oeste del país, sin embargo, el este y el norte de BA, centro sur de SF, sudeste de CB y sudoeste de ER, no recibieron buenas precipitaciones.
Este raconto mensual que describe el comportamiento del trimestre permite detectar momentos en que las precipitaciones mostraron mejorías, sin embargo el saldo final para todo el período es poco auspicioso, sobre todo porque los niveles de reservas quedan muy exigidos.
Este trimestre de verano comienza presionado por la perentoria demanda de precipitaciones, la cual difícilmente encuentra excepciones. Como piso, gran parte de las zonas agrícolas principales deberían recibir unos cien milímetros de lluvia durante el resto de diciembre para recomponer la situación hídrica. Una oferta semejante, sería muy favorable aunque, claro está, los matices seguirían existiendo atendiendo la diversidad de suelos y coberturas.
Como venimos sosteniendo en informes previos, las mejoras previstas no necesariamente son las que satisfacen los volúmenes de lluvia demandados por las coberturas, por lo cual seguiremos viendo cultivos con una condición hídrica que de lo regular puede pasar a lo adecuado en forma temporaria, pero alternar con situaciones de estrés hídrico.
Si el patrón de mejora esperado para última década de días de este año, se valida y se vuelve persistente durante el mes de enero, el escenario de fondo puede modificarse favorablemente. Con las proyecciones de mediano plazo con que contamos esta modificación de fondo no es la más probable.
Por lo pronto, mantenemos las proyecciones realizadas la semana pasada, en el que marcamos que para las zonas agrícolas principales de la región pampeana, un escenario hídrico ajustado, con mejoras temporarias, será el que se imponga con mayor probabilidad. Hacia el norte del país, áreas del NEA, NOA y centro norte de la Mesopotamia, la performance pluvial puede ser más cercana a la normal o incluso presentar desvíos positivos.