El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, a través de la Subsecretaría de Agricultura, presentó la metodología de Prospectiva Agrícola 2030, una herramienta institucional para las principales cadenas productivas extensivas, lograda a partir de la articulación público-privada.
El subsecretario de Agricultura, Luis Urriza, destacó que "la Prospectiva Agrícola 2030 es una herramienta de planificación y gestión público privada muy concreta que nos permite a todos los actores hacer un seguimiento del avance y el desarrollo de la agricultura extensiva argentina; a través de ella se abre la oportunidad de contribuir muy fuertemente a las políticas de estado a largo plazo, que son tan necesarias para el país".
El objetivo del trabajo es establecer metas cuantificadas y verificables, mediante un proceso iterativo que logre definir y priorizar las políticas y acciones necesarias para alcanzar dichas metas.
El primer paso realizado fue modelar tres escenarios de crecimiento agrícola, medido en toneladas producidas de maíz, soja, trigo y "otros cultivos". Estos tres modelos están basados en diversos antecedentes como el Plan Estratégico Agroalimentario 2020 (PEA), estudios técnicos públicos y privados, y trabajos previos realizados desde el Ministerio.
Los tres modelos son "escenario Base", "escenario de Mejora Obtenida" y "escenario de Mejora Potencial". El escenario Base corresponde a la producción que habría sido obtenida con políticas previas a la gestión iniciada en diciembre de 2015. El escenario de Mejora Obtenida es aquel que describe el crecimiento tendencial debido al marco político, tecnológico y económico favorecido por la actual gestión. El escenario de Mejora Potencial es aquel que representa el crecimiento de producción esperado con todas las políticas priorizadas ya implementadas desde lo político y lo económico, e incluye el impacto de las mejoras tecnológicas; se trata del escenario más optimista.
A partir de esto, para conseguir alcanzar el escenario de Mejora Potencial, desde la Subsecretaría se identificaron variables influyentes que fueron analizadas y priorizadas por diferentes actores (Asagir, Maizar, Argentrigo, AcSoja, AACREA y AAPRESID) e instituciones gubernamentales (INTA, Senasa).
Una vez definidas las variables y su impacto, se volcaron los resultados en la matriz de cálculo de la evolución de producción. El peso relativo expresado en % se transformó en toneladas extras producidas por cada variable influyente analizada.
En base a ese análisis, a cada variable se le asignaron políticas públicas y acciones concretas, que serán monitoreadas por todas las entidades participantes. Esto implica revisión de las metas de superficie y producción, incorporación de nuevos indicadores y mayor precisión, análisis de las políticas implementadas y su cumplimiento, y reformulación de variables, entre otras. Todo este proceso será adecuadamente comunicado y estará disponible para la opinión pública.
La utilización de una herramienta práctica de este nivel para el monitoreo del sector constituye un hito histórico, y su continuidad en el tiempo garantiza la institucionalidad y la accesibilidad de todos los actores a información de calidad para la toma de decisiones.