Asimismo, Fernando Peirano iría a Ciencia y Tecnología; Sergio Lanziani sería
secretario de Energía; Paula Español estaría en el área comercial de la
Cancillería; Cecilia Todesca sería asesora de Fernández mientras que Mercedes
Marcó del Pont recalaría en la AFIP y José Ignacio de Mendiguren podría ir al
Banco de la Nación Argentina.
Ningún nombre es una sorpresa y en el kirchnerismo dicen que, si bien faltan pulir algunos detalles, la grilla final no sería muy distinta. No quedaría nadie del Gobierno saliente y Lino Barañao no podrá ir por la hazaña.
A priori, el tridente Nielsen- Kulfas-Pesce sería la primera línea y los que tendrán tareas más intensas.
El primero deberá lidiar con los acreedores externos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), una tarea que ya ha comenzado, personalmente y con emisarios.
Formaría parte de su equipo Adrián Cosentino, quien conoce muy bien el mundillo financiero y ya estuvo en la función pública, tanto durante el cristinismo como en el macrismo al lado de Alfonso Prat-Gay. El economista Gabriel Rubinstein también podría sumarse al equipo mientras que el nombre de Daniel Marx siempre sobrevuela cuando se trata de renegociar la deuda pública.
“Nielsen es una persona superprofesional y tiene cintura política. Conoce como se maneja la política y el poder. Es un pragmático”, dice Leo Chialva (Delphos) ante El Economista. Curiosamente, dice, su tarea no será tan compleja como se cree. “Su parte no es tan difícil. Los de afuera y el FMI están con ganas de ayudar”, dice Chialva. En otras palabras, serían tolerantes ante eventuales quitas. En una conferencia reciente en Miami, Nielsen sugirió que los inversores deberían ser “socios” de Argentina, es decir, darle espacio para que crezca. En el mercado interpretaron eso como el anticipo de una quita agresiva.
Pesce, en tanto, no tendrá una tarea fácil en Reconquista 266, una institución que ya conoce. “Porque tiene que emitir muchos pesos e ir haciendo equilibrio con la demanda de pesos, que sube y baja estacionalmente. Además, debe ver si el cepo funciona y aumenta la demanda de pesos. No va a ser fácil: tiene que emitir por el déficit fiscal, por la compra de dólares y por la reducción de Leliq”, dice Chialva. El manejo de la tasa de interés será otro punto espinoso y habrá una tensión natural entre el deseo de la política de reducirla para estimular el consumo y las consejos técnicos del BCRA en sentido contrario.
Si Pesce finalmente es el elegido para preservar el valor de la moneda, quedaría afuera Martín Redrado, siempre con ganas de participar. Según reconstruyó este diario, su posibilidad fue vetada en el Instituto Patria. “La pelea por las reservas del BCRA en 2011 dejó huellas profundas”, recuerda un operador del mercado. En esas épocas, el kirchnerismo quería usar las reservas para pagar deuda y Redrado se oponía.
Kulfas, proveniente del Grupo Callao y con expertise en la función pública (estuvo en el BNA y el BCRA con Marcó del Pont) tampoco tendrá una tarea fácil. Deberá, nada menos, reactivar una economía que cayó en tres de los últimos cuatro años y que no crece desde 2011. Estaría a cargo de las cuestiones microeconómicas y sectoriales, además del famoso “pacto social” que viene pregonando Fernández. Allí también ayudaría de Mendiguren, que tiene lazos históricos con el empresariado y conoces sus necesidades.
Fuente: El Economista