Encontrar el equilibrio entre la fecha de siembra y el manejo de malezas es uno de los mayores desafíos que enfrenta el agricultor en la actualidad. “Por las condiciones climáticas especiales que están atravesando distintas zonas de la Argentina, el productor está decidiendo cuándo sembrar, pero tal vez no ha hecho el tratamiento químico necesario, y muchas veces las malezas gobiernan el momento de siembra”, explica el Ingeniero Agrónomo Juan Caporicci, Gerente de Herbicidas de FMC. Y aconseja con buen tino: “Hay que buscar la mejor estrategia para definir el momento de siembra y esto implica una verdadera articulación entre ciencia y cultura de trabajo a campo”.
Esta situación se va tornando más compleja en la medida en que crece la resistencia de especies en distintas zonas de la Argentina. La REM de Aapresid publicó un relevamiento en el que determinó que las malezas resistentes ya ocupan la misma superficie que los cultivos extensivos en el país. Y como si fuera poco, que gran parte del avance se dio en los últimos años. Por ejemplo, el Yuyo colorado (Amaranthus) sigue siendo el de mayor abundancia con 20,5 millones de hectáreas afectadas, y creció 7 millones de hectáreas en estos 2 años. Pata de gallina pasó al segundo lugar, con 9 millones de hectáreas y un crecimiento en este período de 4 millones de hectáreas. Casi en la misma superficie se ubican las Clorídeas, pero su crecimiento fue menor, de un millón de hectáreas. Capín se encuentra en algo más de 8 millones de hectáreas y creció 3,7 millones de hectáreas en estos 2 años. De acuerdo a la mirada de Caporicci, el principal problema es que “ahora se combinan Amaranthus resistente con gramíneas resistentes en casi el 80% de los lotes, lo que aumenta considerablemente la inversión por hectárea que debe hacer el productor para controlar este problema”.
Otro punto a monitorear para Caporicci es el clima. “Hoy todos están sembrando o pensando en sembrar, porque siembre es la decisión más importante, pero es posible que no hayan hecho nada desde el punto de vista del control químico porque, como las lluvias vienen retrasadas, tampoco se ve el nacimiento de malezas en los lotes. Pero el caso de malezas no es como el de enfermedades, que hay que esperar a un umbral de daño para definir aplicación. En malezas, si apareció en la campaña anterior, lamentablemente la maleza está en el banco de semillas y antes o después va a aparecer. Y aquí es importantísimo el tiempo que se tarda en controlar esas especies problema”.
Más allá del control químico, Caporicci recordó que los productores cuentan con otras herramientas de manejo para hacer frente a la resistencia como la rotación de los cultivos, la rotación de los principios activos de los herbicidas utilizados y los cultivos de servicio o cultivos de invierno. En relación a estos últimos, recomendó este ciclo estar atentos y monitorearlos activamente, porque ante la falta de agua pueden haber perdido efectividad en el control de malezas. “En general es una muy buen herramienta porque compiten por especio, agua y nutrientes y no dejan crecer las malezas, pero esta campaña con menos pluviometría que lo normal, pueden no tener el desarrollo necesario competir eficientemente contra las malezas como normalmente lo hacen. Tal vez debemos secarlos anticipadamente y deshidratarlos, ya sea con productos químicos como Shark de FMC o bien mecánico con rolo”.
Respecto al control de las malezas resistentes, FMC cuenta con una familia de soluciones para hacerles frente con la línea de herbicidas Capaz. “Muchas veces la maleza gobierna la decisión de siembra. Hay que hacer coincidir la cultura del productor con la dinámica de las malezas y aquí esta el mayor aporte de los pre emergentes. Para el cultivo de soja FMC posee varias alternativas, Capaz, Capaz Elite y Capaz MTZ. Lo artesanal del armado de la estrategia en cuanto al uso de los herbicidas está en la determinación de la fecha de siembra y la planificación de la herramienta química, articulando carencias, residualidades, selectividad de los herbicidas y dinámica de malezas, esto es lo que hace apasionante a la agricultura actual”. Sobre la línea Capaz, Caporicci recordó que FMC viene haciendo punta en la estrategia de ofrecer más de una herramienta herbicida con dos modos de acción efectivo para controlar Amaranthus spp (uno de los mayores problemas). “La empresa es pionera en este tema de combinación de principios activos. Porque desde la industria química también tenemos el compromiso y ser proactivos para prevenir y retrasar la aparición de resistencia”.
Finalmente, recordó que sigue aumentando económicamente el costo del control. “Si bien depende de cada región, porque ya existen regiones con Amaranthus y gramíneas resistentes donde la inversión es muy alta. Hoy con 20 millones de hectárea de Amaranthus spp, 8 millones de Echinocloa spp y casi 10 millones de Eleusine spp, entre varias otras, nos determina que mas del 80% de los lotes ya tienen malezas resistentes combinadas y eso aumenta considerablemente el costo del control, principalmente en las nuevas regiones donde se combinan esta malezas. De ahí la importancia de ser y preventivo y proactivo en el manejo de malezas para lograr la mayor eficiencia.”