"Hablar con los productores agrícolas de fertilización de soja en la Argentina es un tema que todavía cuesta bastante", afirma el Representante Técnico Comercial de Compo Expert, Francisco Martellotto y recuerda que la oleaginosa es un cultivo subfertilizado, en el que apenas se repone un 10% de lo que se extrae en cada cosecha. "Se implementa más la práctica en zonas donde las lluvias son mayores y el agricultor tiene la expectativa de una mejor productividad; pero en la psiquis del productor la soja no se fertiliza, y menos con aplicaciones foliares. Sin embargo, en los últimos años y gracias a las nuevas tecnologías en maquinarias y la intensificación agrícola vemos que comienzan gradualmente los productores a ensayar la práctica y a apreciar resultados positivos", comenta.
Entre su portafolio de productos Compo Expert cuenta con Basfoliar Soja, un fertilizante foliar que se recomienda aplicar en estado reproductivo (R3 a R5-5) por sus beneficios para fijar la formación de vainas, aumentar el peso de los granos y potenciar la sanidad de las hojas. Es un sólido soluble que se aplica a razón de 2 a 3 kilos por hectárea y se puede aplicar con un fungicida para evitar generar costos adicionales.
Allá por el año 2004 la firma comenzó con los primeros ensayos a campo con el INTA Villa María y a partir de 2005 y 2006 ya comenzó a probarse el producto en campo de productores. "Basfoliar Soja imita la relación nutricional óptima de una planta de soja en pleno crecimiento", aseguró Martellotto y recordó: "Tenemos muy claro que el momento y la dosis de aplicación son determinantes para obtener los diferenciales de rinde, tal vez más que en otros fertilizantes. Si nos pasamos de R5 ya es demasiado tarde para que actúe y si lo hacemos antes de R3 se ven respuestas erráticas en rendimientos", comentó.
Así, durante más de 15 años Compo Expert vino realizando ensayos con Basfoliar Soja en una red muy amplia que involucra 13 sitios con condiciones agroecológicas distintas como Pergamino, Zona Núcleo, Córdoba o Entre ríos, en los que ha logrado registrar un aumento promedio de 400 kilos/ha. Martellotto destacó que las mejores respuestas se aprecian en los años más malos climáticamente. "La mayoría de los bioestimulantes funcionan de esta manera, aunque no suele ser cuando el productor mas define su utilización. Lamentablemente vemos que, en general, aplica más esta clase de tecnologías cuando la campaña viene bien encaminada, pero limita su uso en años con más restricciones; aunque la mejor respuesta a campo se expresa exactamente al revés", dijo.
Paralelamente, hizo hincapié en la situación climática que viene demorando las siembras y recordó como la fertilización foliar puede redundar en una mejor performance de la oleaginosa frente a situaciones de estrés. "A comienzos de noviembre en muchas zonas agrícolas no han caído los milímetros esperados para implantar la soja, y si bien los suelos vienen con los perfiles cargados, los centímetros de la cama de siembra están secos. Una tecnología como Basfoliar Soja puede ayudar a una mejor tolerancia frente a situaciones de estrés. Queremos que la soja crezca sana, pero sabemos que temperaturas altas va a tener, así como falta de humedad, con lo cual esta clase de fertilización, al igual que los bioestimulantes, resultan aliados fundamentales para ayudar a la planta a transitar mejor situaciones críticas como el corrimiento de la fecha de siembra que estamos viendo en todo el país", dijo. Y vaticinó: "A medida que se retrase la implantación estos productos tendrán mayor impacto productivo a cosecha", concluyó.