Las lecturas importan, más allá de los números brutos. Hoy, a cuarenta días de las PASO, la lectura es que los Fernández llevan una escueta delantera. Es lo que se lee y escucha. Lo que se cree. Están cerca de los 40 puntos, como Scioli en 2015, que obtuvo 38,67%. ¿Serán más de 40%? Proyectando indecisos, parece probable. ¿Serán 40 y monedas o 42-43%? ¿Y si son menos de ese umbral?
Más atrás aparece la fórmula de Macri y Miguel Angel Pichetto. Según las encuestas a las que accedió El Economista, sus números, en discreto ascenso, rondan entre 35% y llegan hasta 38%. ¿Estarán más cerca del piso o se acercarán, también, hasta ese 40%? ¿Cuántos puntos debajo de los Fernández quedarán? ¿Y si los pasan?
Las combinaciones son múltiples y la distancia, hacia arriba o hacia debajo de esos valores de la previa, marcará el clima de la larga noche del 11-A.
Las visiones
“Haciendo una simplificación se puede decir que un resultado similar al de las PASO 2015, en el que Cambiemos terminó 8 puntos abajo del FpV, es un mal escenario para la Casa Rosada y, en cambio, un resultado similar al de la primera vuelta 2015, en el que Macri terminó alrededor de 3 puntos abajo de Scioli, es un buen resultado”, dice el analista político Ignacio Labaqui ante El Economista. “Obviamente, si el oficialismo termina más cerca del Frente de Todos, es un gran resultado, porque desde hace meses Cristina y ahora la fórmula Fernández-Fernández han venido liderando las encuestas”, añade ante El Economista.
Labaqui agrega que las tendencias polarizadoras (y su contracara, la licuación de las terceras fuerzas) avanza firme y sin pausa. “Todo indica que estamos frente a una elección donde podemos llegar a ver niveles de polarización que hace veinte años que no se registran. En las elecciones de 2003, 2007, 2011 y 2015 no hubo polarización mientras que en 1983, 1989 y 1999 dos fuerzas concentraron más del 80% de los votos. La de 1999 fue la última elección con polarización electoral y la segunda en realizarse con el sistema establecido por la Constitución de 1994”, agrega.
Obviamente, el resultado más temido en la Casa Rosada, y que explica algunas
movidas recientes como la “avivada” (infructuosa) con José Luis Espert y el
ninguneo a la dupla federal, es que los Fernández se “escapen” el 11-A.
Obviamente, el resultado más temido en la Casa Rosada, y que explica algunas movidas recientes como la “avivada” (infructuosa) con José Luis Espert y el ninguneo a la dupla federal, es que los Fernández se “escapen” el 11-A. Por eso, Balcarce 50 se suma a polarizar y anticipar los tiempos, es decir, atraer a sus potenciales votantes de balotaje a la cita de agosto.
Es que si la fórmula Fernández-Fernández obtiene un resultado muy favorable
en la PASO que le permita instalar la idea de un triunfo en primera vuelta (40%
y diferencia de 10 puntos o bien más de 45%), dice Labaqui, sería como la
profecía que se retroalimenta. “Eso probablemente los pondría a las puertas de
una victoria en octubre por el retorno de la volatilidad financiera y, también,
por el shock anímico sobre el oficialismo”, dice, aunque aclara que no es su
escenario base. “El clima de las últimas semanas y los números que se van
conociendo a partir de los sondeos de opinión pública sugieren que las PASO, si
se mantiene el clima político y social de las últimas seis semanas, van a
mostrar un resultado parejo”, concluye.
Sobre la interpretación del resultado de las PASO, dice Miguel Zielonka (Econviews), hay dos variables a tener en cuenta. “Una es la diferencia entre la fórmula FF y el oficialismo y otra es el nivel absoluto de FF”, señala ante El Economista.
“Por el nivel absoluto, valores cercanos al 40% para FF serían vistos con preocupación por el mercado y, por diferencial contra el oficialismo, el consenso es que un diferencial mayor a 5 puntos a favor de FF generaría también un aumento de incertidumbre”, dice, poniendo números a los sentimientos posibles del mercado el lunes 12.
Agrega el director asociado de Econviews: “El evento de las PASO es binomial
y retroalimenta la dinámica, para bien o para mal. Un buen resultado para el
Gobierno mitiga la dolarización; hace menos necesaria una menor intervención del
BCRA o tal vez la anula completamente; permite que la desinflación continúe; que
bajen las tasas, que la reactivación se asome y mejoran las chances del
oficialismo. Un resultado malo trae una dinámica en reversa: dolarización,
intervención del BCRA, inflación más alta, tasas más altas, actividad más débil,
salario real más bajo y menos chances de reelección”.
El Economista accedió ayer a una encuesta exclusiva de Real Time Data (RTD) y los números están en una zona intermedia, según la óptica de los mercados. En base a los números de RTD, que dirige Nicolás Solari, los Fernández tienen una intención de voto de 39% para las PASO mientras que Macri y Pichetto marchan cuatro puntos detrás en 35%. Neteada de los márgenes de error y los 40 días que restan para las PASO, es una diferencia no muy grande. El problema, según la expresión de Zielonka, es el valor absoluto: con 13% de indecisos aun, no sería extraño que la fórmula FF supere los 40 puntos el 11-A.
A su favor, el Gobierno tiene la mejora de la economía (discreta, por cierto), que puede ayudar a sumar algunas voluntades y el hecho de tener los “fierros” nacionales, los de la provincia de Buenos Aires y CABA. También, el “efecto miedo”, es decir, la capacidad de atraer (por la negativa) a los que quieren impedir un regreso del kirchnerismo y hoy no están en las filas del Gobierno. En el oficialismo necesitan que la estabilidad continúe, la campaña sea impactante (supuestamente, son muy buenos) y que los votantes potenciales de primera o segunda vuelta anticipen sus votos.
El dato 12%
Según una encuesta del poderoso banco brasileño BTG Pactual, María Eugenia Vidal tiene una interesante ventaja sobre Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires: nada menos que 12,1 puntos. Si se considera que los Fernández tienen 6,3 puntos más que Macri en “la madre de todas las batallas”, el corte de boleta a favor de la gobernadora, dicen en BTG, sería más que el doble que el de 2015. Según la encuesta, a nivel nacional, los Fernández se imponen por 3 puntos en las PASO y, a diferencia de RTD, Macri tiene una leve ventaja de 1,4 punto en el balotaje.
Fuente: El Economista