Con cierta impiedad, suele criticarse la posición de los productores agrícolas que, supuestamente, retendrían mercadería (soja) por motivos meramente especulativos.
¿Motivos especulativos? Tal creencia no tiene fundamento alguno.
En los últimos años, la sociedad viene mostrando una fuerte aversión a la tenencia de pesos (nuestra moneda nacional). Es decir: la demanda de dinero viene cayendo abruptamente. Nadie quiere mantener pesos en sus bolsillos, ni en sus viviendas, ni en bancos, etc. Las empresas son más reticentes todavía.
Apenas se disponen de pesos en fondos o plazos fijos u otras posibilidades por muy corto plazo.
La razón es muy simple. La historia de inflación que mantiene nuestro país induce a la gente y las empresas a desprenderse del dinero lo más pronto posible.
Justamente, ésta a una de las grandes razones por las que el valor del dólar crece.
Acaso, escapando al peso… ¿muchos no se dirigen al dólar?
El productor estándar tan sólo mantiene su producción acopiada y va vendiéndola en la medida de sus necesidades.
Por eso, hay ingresos de la exportación granaria que vienen sumando más cerca de 100 millones de dólares por día desde el lunes.
La entrada diaria de dólares al mercado procedentes del acuerdo con el FMI más la liquidación por ventas de soja y otros granos explica la actual tendencia a la baja en el precio del dólar en el mercado de cambios local.
Ahora bien, hay nuevas medidas que exigen revisar toda acción futura.
Quien tenga soja u cualquier otro grano deberá analizarlas cuidadosamente.
Es muy importante ver que, de ahora en más, el Gobierno se ha propuesto no dejar que el dólar supere el límite superior de la banda cambiaria.
El Banco Central ha dispuesto fijar los límites inferior y superior de la "zona de no intervención" cambiaria hasta fin de año en $39,75 y $51,45 pesos, respectivamente.
Además, dispuso dejar de comprar divisas hasta el próximo 30 de junio, en caso que el dólar cae por debajo del límite inferior de esa banda de libre flotación.
Los esfuerzos, con tal cuadro, están dirigidos a sujetar el dólar como uno de los mecanismos para aplacar la tasa de inflación.
Las últimas medidas, especialmente los controles de precios, los planes de cuotas y los créditos a tasas subsidiadas son tan solo como salvavidas en situación extrema.
El congelamiento de precios no podrá contener la inflación tan fácilmente. En marzo llegó a un 4,7% y que para abril estará entre 3,5% y 4%.
Para las tarifas, el Gobierno anunció que “no dispondrá más aumentos de tarifas de electricidad, gas y transporte público para las familias en lo que resta de año”.
El barco muestra signos de averías que impiden ver el puerto como destino seguro. Y las medidas son tan sólo de corto alcance.
En tanto, la producción agrícola viene a contribuir con la economía para que la situación no se agrave aún más.
Paren de criticar, entonces.