El conductor de un tractor amarillo comienza su recorrido: delante de él se
ven kilómetros de agua que cubren completamente un camino rural mientras tira de
un carro con provisiones para las personas afectadas por las inundaciones en el
departamento de Nueve de Julio, al norte de Santa Fe.
A los cientos de fotografías y videos de lotes inundados y rescate de ganado que circulan en chats y redes sociales, se sumaron imágenes de localidades inundadas como Villa Minetti, por ejemplo.
Mientras que muchos productores reclaman por obras hidráulicas que alivien la
situación, desde el gobierno provincial de Santa Fe explicaron que la
problemática es un conjunto de factores que no depende solamente de la
realización de proyectos hidráulicos.
Juan Luis Recalde es agrimensor y productor ganadero santafesino de la zona
de Tostado, en el departamento de Nueve de Julio. En diálogo con LA NACION, el
profesional comparó la región con un anfiteatro. Mientras que el este de
Santiago del Estero y el sur de Chaco son las "gradas", el norte de la provincia
de Santa Fe, es la "base", compuesta por los tres departamentos de Nueve de
Julio, Vera y General Obligado, hoy una de las principales zonas inundadas.
"Cuando en las escaleras de este anfiteatro llueven 300 milímetros, al norte de Santa Fe llegan 100. Cuando precipita más, el agua nos desborda. El problema no es que llovieron más milímetros que otros años, el promedio anual es el mismo, el tema es la cantidad de milímetros caídos en tan poco tiempo: son lluvias torrenciales", dijo el productor, de 61 años.
El especialista calculó que actualmente el norte de Santa Fe está recibiendo 800 metros cúbicos por segundo que provienen desde Chaco y Santiago del Estero.
"Los canales en nuestra provincia pueden trasladar 200 metros cúbicos por
segundo: 600 se derraman en nuestra región donde hoy en algunos lugares el agua
llega a un metro", afirmó.
Recalde subrayó la potencialidad de la región y afirmó: "Nuestra zona cuenta
con una superficie de un millón y medio de hectáreas que tiene un muy buen nivel
productivo ganadero y recibe el agua excedente de otras provincias". El
profesional calculó que en la zona se producen unas 500 mil cabezas de ganado
(un animal cada tres hectáreas) y que ese número podría ser mayor si no
ocurrieran este tipo de eventos climatológicos.
"Cada tres o cuatro años sufrimos una inundación: pasó en 2015 y en 2011. Con lo que se perdió en las últimas cuatro podríamos haber invertido en obras que subsanen esta situación. La primera discusión con el gobierno de Santa Fe es que ellos creen que esta región es un bajo y no lo es: es una planicie integrada que tiene problemas de escurrimiento. Además dicen que las obras están hechas, pero sabemos que se pueden hacer más", explicó.
Recalde trabaja en varios proyectos con un grupo de profesionales que entienden que una de las posibles soluciones al problema de los anegamientos es la construcción de uno o varios canales que logren transportar los 600 metros cúbicos que provienen de otras regiones.
"Sabemos que las obras cuestan mucho dinero y tiempo pero esto es solucionable: es una cuestión de decisión política. Los productores sentimos tristeza e impotencia porque el agua va a tardar unos seis meses en irse: el año que viene la producción va a estar diezmada", afirmó.
Además, explicó que entre 1983 y 1986 se realizó un convenio federal entre las provincias de Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe para realizar obras del proyecto bajos submeridionales.
"Estos trabajos aseguraban que Santa Fe, que iba a transportar y recibir el excedente de agua de las otras, no se viera perjudicada. Las obras se hicieron, pero yo tengo mis dudas sobre la cantidad de canales que se realizaron en cada provincia", explicó.
La palabra del gobierno provincial
En tanto, desde la Secretaría de Recursos Hídricos del Ministerio de Infraestructura y Transporte de Santa Fe, explicaron que la problemática de las inundaciones en grandes áreas rurales son la consecuencia de un "conjunto de causas".
"Si bien las obras hidráulicas son muy importantes, el problema no se resuelve solamente con la ejecución solo de una obra", indicaron en la cartera.
Y agregaron: "La exasperación por salvar la producción, y hasta los propios establecimientos, contribuye a la exacerbación de los intereses particulares, por lo que las acciones resultan en una mirada excesivamente parcializada, alimentada frecuentemente por información escasa. Así se le asigna total responsabilidad al Estado, sin percibir que el trabajo a realizar se debe ejecutar entre todos, sin transferir responsabilidades de un sector a otro".
Por su parte, el secretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Juan Carlos Bertoni, explicó: "En esta región suele llover de 800 a 900 milímetros y en los últimos 20 días han caído entre 600 y 800 milímetros dependiendo la zona, por lo tanto las cuencas se saturan. El INTA ha estimado que en todo el norte santafecino son tres millones las hectáreas afectadas y cuando eso ocurre no existe una sola obra hidráulica que pueda solucionar el problema".
El secretario explicó que lo que ocurrió es un gran escurrimiento superficial proveniente de Santiago del Estero y Chaco que se sumó al que se generó en Santa Fe.
Pero aclaró: "No soy partidario de promover esta tendencia de que la totalidad del problema deriva de lo que hacen las provincias vecinas. Es un problema en conjunto. Los montos precipitados han sido tan importantes que superan con creces las dimensiones de las obras hidráulicas existentes".
Y agregó: "La solución no es un canal más ancho o una obra más, sino un conjunto de obras públicas que contemplen la integralidad de las cuencas hidrográficas de toda la zona, sumado a la ejecución de pequeñas obras privadas que ayuden al aumento del almacenamiento superficial en los campos, especialmente en los sectores altos. Recordemos que esta zona también sufre sequías".
Uno de los planes del gobierno provincial es la revisión del funcionamiento de las nueve compuertas que existen a lo largo de la traza del canal Línea Paraná, localizado en el límite entre Chaco y Santa Fe.
"Estas compuertas han sufrido reiterados actos de vandalismo y requieren de un mantenimiento constante. Se prevé analizar la complementación de este sistema con otro de almacenamiento de agua a nivel superficial que permitirá recargar acuíferos con agua de buena calidad para controlar el escurrimiento y minimizar la acumulación de agua en los sectores más bajos de las cuencas hidrográficas", afirmó Bertoni.
Además, dijo que se debe avanzar en los procesos de reforestación planificada y la adaptación de los modelos productivos a las características fisiográficas de la región, incluyendo rotaciones de ganadería y agricultura.
Finalmente, el funcionario destacó que existen canales clandestinos en las tres provincias que se deben "combatir". En 2018 entró en vigencia la ley provincial de Aguas 13.740 que faculta al Ministerio de Infraestructura y Transporte (MIT) a actuar "con rigor" sobre las obras hidráulicas no declaradas. "Ya se organizó un grupo de trabajo técnico-legal específico, que viene cursando intimaciones a los presuntos infractores", concluyó.