Tras anunciar el viernes pasado la firma de acuerdos con la empresa estatal
china Sinograin, para la venta de entre 2 y 3 millones de toneladas de poroto de
soja del ciclo 2018/2019 y de entre 300.000 y 400.000 toneladas de aceite de
soja, el Gobierno reconoció ayer que no corrió con la misma suerte la
negociación iniciada con las autoridades de China para abrir ese mercado a la
harina de soja.
"No están interesados en comprar harina de soja en este momento, pero seguiremos conversando", dijo hoy a Reuters Santiago del Solar, jefe de Gabinete de la Secretaría de Agroindustria de la Nación.
Según la agencia de noticias, el funcionario no aportó detalles sobre los
motivos dados por China para responder en modo negativo al pedido de la
Argentina, que esperaba poder coordinar con las autoridades chinas las
inspecciones en las plantas procesadoras de soja, requisito previo para poder
exportar el subproducto utilizado para las raciones animales.
En la industria, que aún no terminó de digerir la pérdida del diferencial de 3 puntos porcentuales en el cálculo de los derechos de exportación, que favorecía la venta de subproductos en detrimento de la salida del grano sin procesar, había mucha expectativa por lograr la apertura del mercado chino para la harina porque, según dijo a LA NACION el presidente de Ciara, Gustavo Idígoras, "nos preocupa la primarización de las exportaciones".