El factor clima sigue impactando en la evolución de los mercados,
principalmente afectando los cultivos de trigo en plena cosecha, de la misma
forma que a cultivos de soja y de maíz recién sembrados.
Es difícil cuantificar cuál pudo haber sido el efecto negativo de las lluvias excesivas y de las ultimas heladas y granizadas ocurridas en muchas zonas del país sobre el volumen de producción total de trigo. Es muy conocida por los productores del sudeste bonaerense la helada del 11 de noviembre. En esta campaña fueron dos las heladas caídas sobre dicha zona, una antes del 11 y la otra después del 16. Se han evaluado lotes con severos daños y grandes pérdidas.
La gran duda es cuánto de esas pérdidas pueden ser compensadas por la
expectativa de rindes mayores en otras zonas. Sin embargo, esa es la fotografía
y la película nos está mostrando que existen probabilidades de ocurrencia de
nuevas heladas durante las próximas dos semanas, otro nuevo factor de impacto
negativo en los rindes.
Hay que considerar que el patrón comercial y exportador del trigo en la
Argentina ha cambiado sustancialmente en los últimos 5 años. Anteriormente, los
principales puertos exportadores de trigo eran Bahía Blanca y Necochea. Hoy ese
polo exportador se ha trasladado a los puertos de up river (Gran Rosario y zona
de influencia).
Una forma de confirmar este cambio en el patrón comercial es ver el volumen de contratos de futuros de trigo operado en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) en los distintos puertos. Veamos, hasta mediados de esta semana el volumen abierto de trigo en la posición diciembre en el puerto de Rosario llegaba a las 204.300 toneladas, tomando como referencia el Matba. En la posición enero el volumen abierto llegaba a las 364.200 toneladas; en marzo, a 198,300 toneladas, y en julio, a 62.900 toneladas. Entre todas las posiciones se llega a un total de 829.700 toneladas.
Esta cifra contrasta con el volumen de venta futura de trigo en contratos
forward, que llega a un total de 6,413 millones de toneladas. No obstante ello,
el Matba está cumpliendo la importante función de ser formador de precios y
referencia tanto de compradores como de vendedores que, de esta forma, pueden
operar en el mismo y cubrirse de las potenciales bajas o subas de los precios.
En soja los volúmenes abiertos en el Matba son mucho más importantes en
relación con las ventas forward. En la posición mayo sobre Rosario el volumen
abierto es de 936.500 toneladas, concentrando más del 90% del volumen total
abierto para la soja de la nueva cosecha. En este caso, las ventas futuras
forward llegan a un total de 1.068.000 toneladas.
El distinto patrón de ventas en trigo y en soja obedece a dos factores intrínsecos del mercado. Un factor en el caso del trigo es el gran volumen de producción que se espera en este ciclo, que podrá llegar a los 20 millones de toneladas, y la necesidad del productor de cerrar precio y entregar en el momento de la cosecha. En el caso de la soja, es evidente que el productor no está conforme con el valor futuro y opta por no vender, pensando que tendrá mejores precios en el momento de la cosecha. Hasta el momento el mercado no le ha dado la razón, veamos que sucede de aquí al ingreso de la soja nueva.