Fertilización
Los maíces de primera ya están en tres-cuatro hojas en la zona núcleo.
Sortearon las heladas tardías con poco daño -se quemaron una o dos hojas- y no
justificaron ninguna resiembra. Estas implantaciones tempranas, de septiembre,
apuntan a la floración en diciembre. Ahora se abre un paréntesis con el cereal
para evitar que esa etapa coincida con mediados de enero, cuando se aseguraría
suficiente heliofanía pero con muchas posibilidades de no cubrir los
requerimientos de evapotranspiración. El paso siguiente podrían ser la siembra
tardía, a partir del 1º de diciembre, para ubicar la floración en febrero.
En los híbridos de los últimos años se está consolidando la fertilización
nitrogenada dividida a lo largo del ciclo. "Lo ideal sería repartir las
aplicaciones en tres momentos: uno a la siembra, otro con tres-cuatro hojas y el
último en estados V8-V9", recomienda un técnico de la zona.
Como este tema puede complicar la logística de siembra de otros cultivos, hay
productores que aplican un 70 por ciento del fertilizante en la siembra y se
guardan el resto para usarlo según la evolución del cultivo.
Nitrógeno + zinc
En la zona, se parte de la premisa de asegurar 140-150 kilos de nitrógeno por
hectárea entre lo aportado por el suelo y lo provisto por el fertilizante para
obtener un rinde de 100 quintales por hectárea. La previsión sube a 170-180
kilos por hectárea para aspirar a rendimientos de más de 120 quintales. "Además
de la fertilización fosfatada y nitrogenada, últimamente se está agregando zinc
en los potreros donde se comprueba su deficiencia", indica el asesor. Se
recomienda aplicar 300 gramos por hectárea del elemento puro para alcanzar
rindes de 80-90 quintales por hectárea; 400 gramos por hectárea para 90-110
quintales por hectárea, y 500 gramos para rendimientos de más de 120 quintales.
Este nutriente se aplica con la fertilización fosfatada a la siembra o con el
chorreado de la segunda aplicación de nitrógeno.
En esta época se está erradicando el yuyo colorado que escapó de los preemergentes en los maíces de primera. Esta maleza cobra cada vez más importancia entre los cultivos de verano. Por ahora no son necesarias aplicaciones para controlar roya en maíz, una afección que ya exigió dos tratamientos en trigo.
Venta muy lenta
La comercialización adelantada del maíz no despierta interés por ahora. La
posición abril se cotiza a 144 dólares por tonelada en el Mercado a Término y
julio, para maíz tardío, retrocede a 140 dólares. Un put para abril de 2019, con
2,7 dólares por tonelada de prima, tiene un precio de ejercicio de 133 dólares
por tonelada. Para julio se ofrecen 126 dólares por tonelada, con 2,4 dólares
por tonelada de prima. "Los precios a cosecha no atraen y los productores están
esperando repuntes para cubrir una proporción de la producción", observa el
técnico.
El problema de los productores es cómo llegar a la próxima cosecha si no se
tiene trigo o hacienda, y enfrentar la iliquidez reinante. Hay que considerar
que muchas tarjetas agropecuarias congelaron en pesos los montos por financiar y
aumentaron la tasa de interés. Por esa razón, muchos agricultores se las ven en
figurillas para implantar una superficie equivalente a la de años anteriores.
Una alternativa que está cobrando difusión es la venta de cheques a sociedades
de garantía recíproca, que generalmente ofrecen tasas inferiores a las del
mercado.
Por: Carlos Marin Moreno