Debido a la gran e interminable guerra comercial que transitan Estados Unidos y China, los países productores, como Argentina, se enfrentan a nuevas oportunidades en los mercados. Según asegura Clarín, se debe estar atento y seguir de cerca la política que está tomando el país asiático con respecto a la soja.
Esto se debe a que, la Asociación de la Industria Alimenticia de ese país, acaba de aprobar nuevos estándares para la alimentación de cerdos y aves en los que se reduce significativamente el contenido de proteínas en las dietas. Los argumentos son la búsqueda de una mayor eficiencia de conversión, una menor presión sobre el ambiente y una menor dependencia de las importaciones de proteínas.
A su vez, dicha Asociación afirma que “las altas tasas de contenido de proteína en las dietas de los animales generan estrés y no son bien aprovechadas porque los animales no llegan a absorber todos los nutrientes”. Asimismo, se destaca que los nuevos estándares permiten el uso de más aminoácidos en lugar de la proteína, lo cual según afirman reduce los kilos de proteína necesarios para producir un kilo de carne de cerdo de 45 a 39, es decir un 13 por ciento. De esta manera, en total calculan que se reducirá la demanda de soja en 14 millones de toneladas por año.
Aunque estos estándares son recomendaciones no obligatorias, en el contexto de la guerra comercial con Estados Unidos se espera que el gobierno chino ejerza presión para que comiencen a ser adoptados. En cuanto a los mercados, estos ya comenzaron a reaccionar. Si bien en Chicago aun no se vio reflejado en los precios, la harina y el poroto sí bajaron en el mercado de Dalian.