Por quinto mes consecutivo, el Estimador Mensual de
Actividad Económica (EMAE), que releva el Indec, mostró una contracción
interanual. Fue 1,6% de retracción frente al mismo período de 2017, que estuvo
traccionada por la menor actividad de la Industria (-4,1%), del Comercio
(-5,0%), de la Construcción (-0,7%) y de Transporte y Comunicaciones (-3,0%). El
peso de esos rubros se impusió para revertir el buen desempeño con mayor
actividad de sectores como Pesca (13,2%); Intermediación Financiera (7,1%);
Electricidad, Gas y Agua (3,3%) y Agricultura y Ganadería (2,2%). En agosto tuvo
el primer mes con signo negativo la construcción, que había liderado el
crecimiento de la actividad en la primera parte el año.
Un dato saliente es que en la medición desestacionalizada, comparada con el
mes anterior, agosto finalizó con una mejora de 1,3%. Fue el segundo indicador
positivo consecutivo tras el 1,4% registrado en julio. "El resultado fue mejor
al esperado porque el efecto sequía, que llegó finalmente a su fin, y el agro
creció en términos interanuales por primera vez desde febrero pasado, mientras
que todavía no se reflejó en los números el efecto negativo de la caída en los
salarios reales, que debería comenzar en septiembre", afirmó Lorena Giorgio,
economista de Econviews.
"La caída interanual se moderó respecto al segundo trimestre de 2018 (-4,2%),
dado que el sector agropecuario dejó de caer en agosto (2,2% de crecimiento año
contra año) dejando atrás el shock productivo de la sequía", señala un informe
de Ecolatina. La consultora recuerda que el sector agropecuario se desplomó
31,6% interanual en el período abril-junio.
En el total de 2018, "la actividad acumuló un deterioro de casi 1% interanual
en los primeros ocho meses del año", apuntó Ecolatina. En rigor, fue 0,9% en el
acumulado del período enero-agosto de 2018.
Este indicador, "refleja la gran desaceleración del crecimiento respecto del
crecimiento acumulado al primer trimestre (3,6%)", señala un análisis de la
consultora ACM, y puntualiza que ya hay más sectores con variación negativa que
positiva, "lo que indica una merma generalizada de la actividad".
Con este panorama, ACM sostiene: "Confirmamos nuestra visión que para el año
esperamos una caída en torno al 2,5%, debido a que es casi inevitable que veamos
una profundización del deterioro a partir de septiembre". Esto responde a los
efectos de la "inestabilidad cambiaria, las altas tasas de interés domésticas,
el freno de la obra pública y la caída de la participación de la masa salarial
en la distribución funcional del ingreso".
Por su parte, desde LCG consideran que "es difícil pronosticar cuándo la actividad torcerá efectivamente la trayectoria recesiva provocada por el salto devaluatorio". Para ello, es preciso lograr primero una situación de estabilidad cambiaria, para luego empezar a avanzar en un proceso de baja gradual de las tasas de interés. Aunque aún es prematuro, el acuerdo con el FMI empieza a mostrar señales de estabilización cambiaria.