Tras lanzar recientemente su marca en los Estados Unidos, la empresa semillera Don Mario aguarda con ansias la posible sanción de la renovada Ley de Semillas. Si bien se especula con que podría demorarse la aprobación de la norma hasta el año que viene, en la industria semillera, son optimistas.
En todo caso, ya se prevén sus beneficios, de hacerse realidad. La
calificadora de riesgo Fix, que sigue la deuda de la compañía, especificó que la
sanción de esta ley podría tener un efecto positivo en la rentabilidad de Don
Mario, y estimó que le permitirá incrementar su (sigla en inglés de "ganancia
antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones") en u$s 10
millones.
Lo hizo en el marco de su calificación a la firma, la cual fijó en la categoría A+. Fix consideró que Don Mario detenta una fuerte posición de liderazgo local y alianzas estratégicas con multinacionales, y que las nuevas condiciones del mercado "implican una mejora en el margen de rentabilidad", aunque no mitigan el riesgo de precios y la volatilidad propia de la actividad agropecuaria.
Para la empresa, la aprobación de la ley es una necesidad real. "Es
totalmente necesaria. El reconocimiento de la propiedad intelectual en el país
es bajo en comparación a otros países de la región. En la Argentina, sólo se
reconoce un 35%, contra un 70% en Brasil o un 100% en losEstados Unidos, donde
las variedades se patentan y se obliga a los productores a comprar semilla
fiscalizada todos los años. Acá, según datos del Inase, sólo entre un 15% a 20%
de la siembra de soja se hace con semilla fiscalizada", contó Gastón Suardiaz,
gerente de Ventas y Marketing de Don Mario.
El tratamiento comenzó en agosto pasado, en la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, y espera tener dictamen en el corto plazo. Para la industria, la actual norma quedó desactualizada y el consenso general (de entidades como Sociedad Rural, CRA, Coninagro, Aacrea o Aapresid, junto a la Asociación Semilleros Argentinos) pasa por reconocer el uso propio de semillas por parte de los productores, al tiempo de que las empresas de biotecnología logren retorno de su inversión. "Es necesario que todos los productores paguen una contraprestación por el uso propio en todas sus formas", sostuvieron en un acta de entendimiento firmada el año pasado.
"Todos están de acuerdo en proteger el uso propio pero oneroso, con pago de regalías, y la discusión pasa por quién y cómo se efectúa dicha retribución. Producto de esto, los rindes y la inversión en el país son más bajos que los casos de Brasil o los Estados Unidos", afirmó Suardiaz.
Los datos marcan que, en la Argentina, el rinde promedio en soja alcanza 2,9 toneladas por hectárea. En Brasil, ese nivel llega a 3,4 y, en los Estados Unidos, a 3,5. En cuanto a la inversión en genética, en el país, es de u$s 1 por hectárea, mientras que, en Brasil, son u$s 3 y, en losEstados Unidos, más de u$s 5.
Según Fix, los ingresos por semillas con valor tecnológico se ven perjudicados por los altos niveles de mercado no controlado, que alcanzan alrededor de 64% en el caso de la soja. "La evolución de este mercado se verá afectada en gran parte por el resultado de la nueva Ley que permita elevar los niveles de formalidad en el mercado", afirmó. Don Mario y su red comercial cuentan con una capacidad productiva de 14,5 millones de bolsas y, actualmente, hacen 8,5 millones. Además, destacó que, en el país, se siembran cerca de 19,5 millones de hectáreas de soja y que Don Mario tiene una participación de mercado cercana al 70% en bolsas legales de semillas de soja.
En su último balance, a junio (seis meses), la compañía registró ventas por $ 413,5 millones, y una ganancia en el resultado integral del período de $ 27,3 millones.