El debut de la "banda de flotación" llegó precedido de cierto escepticismo sobre su funcionamiento por parte de economistas e inversores. El primer día dejó una respuesta cautelosa, pero también de cierta brisa positiva. Clarín le preguntó a economistas cómo evaluaron esta primera jornada.
"Depende de lo que uno mire. Si el enfoque es el tipo de cambio, fue un día de tranquilidad. Pero el costo es que la tasa de interés de las Leliq llegó al 77%, y las de Lecap arribaron al 60%", según Miguel Kiguel, ex secretario de Finanzas.
"Hicieron la doble Nelson: Hacienda ofreció dólares y el Banco Central ofreció dólares. Ambas medidas sirvieron para contener ayer el tipo de cambio, pero el costo es alto", dice Martín Redrado, ex presidente del Banco Central.
"Todavía se están tratando de interpretar y entender las nuevas medidas. El dólar actual es alto, pero falta para saber cómo sigue la historia. Lo de hoy (por ayer) pareció una suerte de espera", explicó Daniel Marx, ex secretario de Finanzas.
"Estuvieron los dólares del Banco Nación, las tasas de interés para arriba y se despeja el riesgo de default. Eso calmó las aguas en el arranque del nuevo programa monetario", analiza Federico Furiase, director de Estudio EcoGo.
Más de un centenar de operadores estuvo reunido ayer con las autoridades del Central. Allí también hubo precisiones adicionales sobre el programa monetario a las que brindó el titular de la entidad, Guido Sandleris, en entrevistas publicadas el domingo en los principales diarios.
Los economistas coinciden en que el Banco Central parece estar apuntando sus cañones hacia la estabilización del tipo de cambio. "Hasta que el dólar no se encuentre estable, es difícil que se relaje de tasa de interés", augura Kiguel.
El viernes, aunque ya había cambio de autoridades en el Banco Central, el dólar siguió en alza y se temió que el programa anunciado no fuera a causar efectos. Ayer quedó otra impresión.
"El Banco Central está dispuesto a jugar a fondo para estabilizar el tipo de cambio. Lo que no se animaron (Federico) Sturzenegger ni (Luis) Caputo es lo que están intentando ahora. Ya se probó con metas de inflación, otras herramientas, ahora se va con una política monetaria contractiva", enfatiza Kiguel.
"Lo principal es que se despejó el riesgo de default. Están todas las necesidades financieras cubiertas hasta fines de 2019. El Banco Central no tiene muchas municiones, pero tiene altas tasas de interés para cumplir el plan monetario muy restrictivo, y hasta Hacienda le pueden sobrar dólares para vender", enfoca Furiase.
"Jugaron a darle previsibilidad al mercado. Algunos van a creer que las tasas de interés van a volar y el dólar se va a apreciar porque las tasas se van a volver muy atractivas. Pero también están los que creen que el dólar no tiene freno", detalla Guido Lorenzo.
Desde que se anunció que el Banco Central podía vender US$ 150 millones, hubo dudas si la entidad monetaria tenía autoridad suficiente para contener al dólar. "El poder de fuego que da la intervención a través de la tasa de interés también es fuerte. Se está atacando a través de tasas con un tipo de cambio que está alto", marca Kiguel.
"Las altas tasas van a generar contracción, una recesión muy fuerte en 2018, pero puede que se haya estabilizado el tipo de cambio", analiza Furiase.
"En los bonos hubo subas fuertes, que se frenaron. Quizás los precios ya incluyen el nuevo tipo de cambio, que quizás se encuentre algo caro", reflexiona Marx.
"Me gusta el tema de las bandas, aunque las hubiera preferido más angostas. Entiendo que el FMI impone ciertas limitaciones al respecto", agrega Lorenzo.