Las exportaciones agroalimentarias norteamericanas a México desde la sanción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC – NAFTA en 1993) han sido fundamentales para los productores agrícolas de los estados del medio oeste de Estados Unidos.
Una tendencia clave es que las exportaciones agrícolas estadounidenses se multiplicaron por cuatro en los últimos 25 años, y convirtieron al mercado de México en el tercero en orden de importancia de las ventas agroalimentarias de EE.UU. en el mundo.
Los componentes esenciales del boom exportador de Estados Unidos a México han sido las ventas de granos, principalmente maíz y soja, así como las colocaciones de carnes rojas, semillas, lácteos, aves, huevos, harina de soja, alimentos pre-cocidos, productos forestales, además de trigo, frutas y hortalizas.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés) estima que toda la franja fronteriza mexicana -Nueva León, Chihuahua, Baja California-, en el norte, constituye un mercado de especiales características para las exportaciones agroalimentarias norteamericanas.
Esta área fronteriza tiene un grado casi completo de integración con la economía, la sociedad, e incluso el idioma inglés, al punto de constituir una auténtica cultura trasnacional con una identidad notablemente definida, que es la denominada “Tex – Mex” (tejana / mexicana).
Esta franja es habitada por unas 13 millones de personas (7 millones del lado norteamericano y 6 millones del mexicano); y en ella coexisten, en condiciones de total integración independiente de la frontera, 22 condados estadounidenses y 38 municipios mexicanos.
Más de 90% de la población fronteriza habita en “ciudades gemelas” completamente integradas. Es el caso, por ejemplo, de las localidades de Nueva Laredo en México y Laredo en Texas, así como el de Reynosa y McCallen, y el de Matamoros y Brownsville, entre otros.
La Comarca Lagunera, ubicada en los estados de Durango, Cocohuila y Torreón, constituye el corazón de la industria láctea mexicana y produce unos 2.330 millones de litros anuales.
También es el eje de la industria aviar, con una producción de 169 millones de unidades en 2017.
El NAFTA / TLC especializó a México en los últimos 25 años como el principal exportador de frutas y hortalizas de Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México), y en general de productos primarios de alto valor agregado.
Al mismo tiempo, impactó negativamente en la producción de granos básicos como el maíz, los frijoles, el trigo, el arroz, la soja y el sorgo, entre otros.
La especialización acarreó un aumento sustancial de la productividad en el conjunto del sistema agroalimentario mexicano, y tuvo una importante dimensión territorial.
En este contexto, los productores más competitivos se radicaron en el noreste, el norte y parte del centro de México.
En todos los casos, su actividad está plenamente integrada a las oportunidades que generó el acuerdo NAFTA/TLC.
Los pequeños productores ajenos a la especialización, en cambio, fueron los más afectados por las consecuencias del NAFTA, ya que producían bienes básicos en la etapa previa a 1993.
El resultado es conocido. Estos pequeños productores, forzados a salir del mercado mexicano, emigraron en masa –ilegalmente- a Estados Unidos.