BOONE, Iowa.- Ante un auditorio repleto de productores que se habían
congregado para escucharlos a él y a otras autoridades de Agricultura de
otros estados, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue,
ratificó ayer que este país quiere "un comercio libre y justo" con otros
mercados, y señaló que China debe entender esa posición.
Perdue asistió ayer al Farm Progress Show. Desde temprano recorrió stands de la exposición, interactuó con productores y después participó de una charla con la prensa. Se mostró amistoso, pero firme, al referirse a otros países.
En represalia por los aranceles que Estados Unidos aplicó a China, Pekín
anunció la implementación de aranceles del 25% para la soja norteamericana,
entre otros productos. Para los productores estadounidenses, la soja
representa en el vínculo con China ventas por 35 millones de toneladas,
valuadas en US$14.000 millones.
Frente a la preocupación que generó la medida entre los productores de
Estados Unidos, la administración de Donald Trump anunció a fines de julio
pasado una ayuda por US$12.000 millones. Según cálculos de los farmers, ese
monto podría llegar a cubrir al menos el 50% de la producción individual.
Anteayer, el gobierno anunció el pago de US$4700 millones, más de 3600
millones de ese monto para cubrir las pérdidas en soja.
En el Farm Progress Show, Perdue dijo que la posición del presidente
Trump es "tener un comercio libre y justo". Señaló que tras las
negociaciones con México, también se seguirá con Canadá, la Unión Europea y
Japón. En esta línea, refiriéndose a China, dejó un mensaje: "Ellos tienen
que entender esto".
Consultado sobre si la situación por los aranceles representaba un daño
difícil de revertir para Estados Unidos, Perdue buscó minimizar el impacto.
"No creo que sea un daño irreparable a largo plazo", precisó.
La guerra comercial de Trump ha ido, en rigor, más allá de China. La
amplió a sus socios históricos, como México y Canadá, y también a la Unión
Europea, que devolvieron la pelea con represalias.
De todos modos, por lo pronto hay un clima de preocupación entre los farmers norteamericanos. "Nos ha pegado duro", contó a LA NACION Rick Juchems, productor de Plainfield, en el estado de Iowa, e integrante de la Iowa Soybean Association. En este estado del medio oeste del país hay 89.000 productores y 42.000 de ellos hacen soja, según datos de esa entidad, que agrupa a 12.000 productores. Iowa es el segundo estado productor en soja y primero en maíz en Estados Unidos.
Juchems respalda cómo está actuando el gobierno de Trump ante China pese
al impacto negativo que tuvo en el mercado la guerra comercial. "Es un
sacrificio en el corto plazo para lograr algo después. Tenemos que seguir
por el camino para después equilibrar el déficit en el comercio", señaló.
Este productor agregó que "hasta ahora" sigue apoyando a Trump en esta contienda con China, y afirmó que esa es su postura, "siempre que llegue algo positivo". Respecto de la campaña actual de soja, Juchems precisó que se perfila en su caso con un rinde 20% superior al del año pasado, que tuvo problemas por la sequía y ataques de plagas.
En Polk City, otra ciudad de este estado, también se percibe la cautela entre los productores por el desenlace de la guerra comercial con China. Allí, Ken Lund señaló que como productor necesita una solución.
"No sabemos qué va a pasar con eso", indicó, en referencia a la pelea comercial . "Necesitamos poder exportar", agregó.
Por Fernando Bertello