En respuesta al comunicado del Ministerio de Hacienda del día de ayer, en donde el Gobierno Nacional anunció una reducción del 66% en los reintegros a la exportación, la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) y Bodegas de Argentina manifestaron su total discrepancia ante la posibilidad de que dicha medida alcance al sector vitivinícola.
En primer lugar, Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi, criticó que dicha medida se haya tomado sin consultar al sector productivo. "La decisión no trae previsibilidad ni tranquilidad porque ha sido inconsulta, no se ha conversado, y de alguna manera cambia las reglas del juego", aseguró.
"Consideramos que, con medidas de este tipo, la orientación del gobierno nacional no es la de un perfil productivo con intenciones de darle un mayor potencial al campo. Lo remarco: es preocupante que no haya un estudio ni una consulta previa. Esto trae más desconfianza y menos previsibilidad, lo que afecta a los mercados y a la economía general", agregó.
Para Iannizzotto, el gobierno puede recaudar más apostando de otra manera, que es promocionando las exportaciones y teniendo un perfil exportador más agresivo, que con estas medidas que reducen la competitividad. Por otro lado, Bodegas de Argentina, entidad, que nuclea más de 230 bodegas que hacen al 90% de la exportación de vino fraccionado, considera que este cambio en las reglas impositivas resultaría injusto.
"Los reintegros no son un subsidio al sector sino que son la devolución equitativa de impuestos indirectos sobre productos que se exportan. El monto de reintegros asciende aproximadamente a los 48 millones de dólares año, siendo que la industria exporta anualmente 800 millones de dólares con un reintegro de seis puntos porcentuales", destacó el comunicado.
Asimismo, la entidad cree que esta medida no sería compensada en lo inmediato por la reforma tributaria del año 2017 y en lo que respecta específicamente a ingresos brutos, la elaboración de vino ya contaba previo a la reforma con alícuotas diferenciales en Mendoza y San Juan.
Según la entidad, en algunas provincias la elaboración del vino incluso sufrió incrementos de ingresos brutos posteriores de la reforma y en otras provincias la venta de vino sigue gravada con alícuotas que superan con creces los dos puntos porcentuales establecidos como tope de común acuerdo entre la Nación y las provincias.
Asimismo, desde Bodegas de Argentina destacaron que más allá de la mejora temporaria que generó la variación del tipo de cambio en los márgenes de exportación, una medida de estas características reduciría la competitividad de los vinos argentinos en el mundo, ya que los otros grandes países exportadores como Chile, Australia, Francia, España, Nueva Zelanda e Italia, subsidian la promoción internacional con recursos públicos que van entre 20 y 200 millones de dólares por año por país.
"En Argentina ese número no supera el millón. Para nuestras bodegas, los reintegros son una de las pocas herramientas con las que se cuenta para competir", recalcó.
Por otro lado, aseguraron que Argentina carece de tratados de libre comercio con los principales mercados, lo cual encarece los vinos frente al de países como Chile y Australia. Por ejemplo, un vino argentino llega un 18% más caro que uno chileno a las góndolas del gigante asiático.
Radiografía impositiva
Recientemente el Observatorio Vitivinícola realizó un estudio con el objetivo de determinar el valor de los impuestos contenidos en el precio FOB de los productos vitivinícolas exportados, donde se cuantificaron todos los tributos correspondientes al proceso de comercialización de vino argentino en el exterior, incluyendo los impuestos que se pagan tanto en forma directa de cada uno de los eslabones – agrícola, industrial y comercial – más el aporte indirecto que considera las interdependencias sectoriales hacia atrás y hacia adelante.
Asimismo, se tomaron en consideración los pagos impositivos que resultan como consecuencia de las retribuciones a los factores que realiza la cadena, siendo éstos parte del aporte indirecto (hacia adelante) de la recaudación fiscal. Por otra parte, la cadena vitivinícola utiliza insumos que pagan impuestos a la producción, que constituyen un efecto indirecto hacia atrás y forman parte, por ello, de los aportes indirectos.
En el estudio se concluyó que estos impuestos representan un porcentaje mayor al porcentaje del reintegro recibido. Estos resultados de las estimaciones realizadas, motivó a que la Industria Vitivinícola solicitara aumentar los reintegros a las exportaciones de forma de compensar los tributos interiores que los exportadores pagan en las distintas etapas de producción y comercialización de vino, esto es, disminuir la presión fiscal sobre las exportaciones vitivinícolas.
En el caso de los reintegros a las exportaciones del vino fraccionado (de 6% sobre el valor FOB) se concluyó que el porcentaje de impuestos contenidos en el valor promedio FOB es de a 8%, es decir un 2% mayor al reintegro recibido. En el caso de las exportaciones de vino a granel (5,5% sobre FOB) esta diferencia es aún mayor ya que los impuestos contenidos en el precio FOB significan un 10,5% del precio FOB, es decir una diferencia de 5 puntos porcentuales.