SANTA FE.- En las provincias de Corrientes, Chaco, Formosa y Santa Fe, peligra la normal provisión de combustibles en las próximas semanas. Es la consecuencia más evidente de la bajante del río Paraná, sostenida en las últimas tres semanas, con registros impensados en los últimos años.
En Corrientes, el río marcó ayer 2,24 m, por lo que se mantuvo estacionario; en Barranqueras (Chaco) hubo un leve repunte, a 2,58 m. y en Santa Fe, 2,10m, en baja. Formosa permanecía sin datos.
El panorama no parece alentador. El presidente de la Administración
Provincial del Agua (APA) de Chaco, Francisco Zisuela, aseguró que la situación
cada día se pone más crítica porque "no hay perspectivas de lluvias. Para que
esto mejore tendría que llover considerablemente en la cuenca del Iguazú y no
hay perspectiva de lluvia ni allí ni en la Cuenca del Paraná", explicó el
funcionario.
La distribución habitual, por vía fluvial, está interrumpida desde esta capital
hacia el norte, por la hidrovía. "La bajante es muy pronunciada. A Santa Fe
están llegando las barcazas con combustibles de Shell (desde el Gran Rosario)
pero reducidas en su capacidad, cerca de un 25 por ciento. De acá al norte, las
barcazas no van porque hay sectores muy complicados", explican fuentes
consultadas.
Barranqueras, por ejemplo, tampoco recibe las cargas habituales de YPF. "Esto nos ha ocasionado serios problemas en la logística. Se están diseñando nuevos embarques para que las provincias más alejadas no tengan que soportar la falta de todo tipo de combustibles", dijo el titular de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni), el santafecino Alberto Boz.
El empresario admitió que hay alternativas para no dejar sin combustibles a
aquella región. "Se están implementando servicios de transporte por camiones.
Aunque hay alguna demora, en determinados casos, se va a trabajar para evitarles
más perjuicios a todos", añadió.
Hacia un escenario peor
Pero el panorama puede agravarse mucho más. Según los expertos, el escenario de bajante del río Paraná continuaría durante todo el mes, por lo que estiman que el panorama de logística y abastecimiento en los surtidores de la región se mantendrá con inconvenientes.
También comienzan a denunciarse consecuencias comerciales. Por ejemplo, los barcos que operan con puertos en Santa Fe cargan 25% menos de cereal. Al respecto, Juan Carlos Bertoni, secretario de Asuntos Hídricos de la provincia de Chaco, evaluó que "el impacto más importante de este fenómeno es en lo económico, porque complica la navegación comercial".
"Todo indica que al menos hasta fin de septiembre e inicio de octubre habría una bajante importante del Paraná. No es la bajante histórica más importante, es un proceso natural, pero el efecto recae sobre la navegación comercial porque la hidrovía, en Rosario, tienen que cargar menos cereal y ese tipo de cosas", precisó Bertoni.
En Ituzaingó, Corrientes, muchas barcazas estaban ancladas desde hace días debajo de la esclusa de la represa, aguardando que las aguas del Paraná estén en condiciones para navegar.
Desde la Confederación de Empresarios del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha) explicaron que el abastecimiento de los surtidores de la región se realiza mediante embarcaciones a Puerto Vilelas, una localidad chaqueña donde los camiones retiran los cupos, pero al no estar operativo deben aprovisionarse por vía terrestre desde otros puntos más lejanos del país, lo que genera demoras e inconvenientes en las estaciones de mayor demanda.
Por ejemplo, en la ciudad de Corrientes, algunas estaciones de servicio de YPF de gran demanda registran faltantes de hidrocarburos durante algunos pasajes del día debido a las demoras en el transporte.
Sin embargo, otras localidades del interior están con quiebres completos de
stock, como Goya, Saladas y San Roque e inclusive ciudades de provincias vecinas
como Chaco y Formosa tienen problemas similares.
Por: José E. Bordón